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Channel: Frank Sinatra
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Breve reflexión navideña con Sinatra

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Portada de un disco que reunía los primeros éxitos navideños de Sinatra, de la década de los cuarenta
Puede que el siguiente texto sea demasiado personal pero así es, al fin y al cabo, la manera de sentir y recibir los días que se avecinan, unas fechas que parecen elegidas al azar en el deslavazado y loco ritmo del calendario; para algunos, solo un número, para otros, el solsticio de invierno, la Navidad para aquellos, el final del año para muchos (otro número más) y en mitad de esta manía que el ser humano tiene por clasificar y enumerarlo todo, la vorágine del consumo, cada vez más presente, cada vez más descarnada, en la sinrazón de la globalización.  No es descabellado, entonces, acudir a la experiencia personal, a la interiorización, para explicarse uno mismo estas fechas. A menudo, una meditación que nos transportará a la tradición familiar y casi irremisiblemente, a la infancia. Aparecen, entre nuestros recuerdos, aquellas personas que ya no están con nosotros. Van desfilando ante nuestros ojos algunos sueños rotos de infancia o simplemente, aspectos del mundo que cambian o se esfuman cuando llega la mayoría de edad. Dijo Mel Tormé, "la Navidad es para los niños". Yo añadiría, para todo aquel que aún conserva un rastro de ilusión. No es extraño que muchas personas caigan en la tristeza durante estos días. Tampoco creo que esté fuera de lo normal, la sonrisa sincera y la ilusión de un niño, o de unos padres con ese niño. En cualquier caso y sea cual sea nuestra situación, siempre es conveniente añadir una banda sonora a estos días. A cada año que transcurre compruebo con más certeza que las canciones navideñas más bellas también son las más tristes. No creo necesario recordar el dramático momento de la película "Cita en St. Louise" cuando Judy Garland entra directamente en la Historia de la música interpretando "Have yourself a merry little Christmas" ante una niña llorosa. También la interpretación de "White Christmas" de Bing Crosby en la película homónima, es un canto a la paz en mitad del campo de batalla. Crosby canta para unos soldados que añoran el hogar, en medio de la guerra. La añoranza, sin duda, es el sentimiento más difundido en estas "Christmas songs" más populares que se alejan del sentido religioso de la Navidad para explorar en un drama más  humano que, irónicamente, conduce a la deshumanización.
Bing Crosby y Frank Sinatra en un especial navideño para televisión

Confieso que una de mis canciones favoritas para escuchar estos días es "I'll be home for Christmas" por Sinatra. Resulta paradójica la tristeza con la que el cantante interpreta este tema y choca antagónicamente con la esperanza que derrocha el título: "Estaré en casa por Navidad". ¿Por qué? ¿Es acaso una ilusión ese hogar? ¿Es más un deseo que una realidad? ¿Qué es el hogar? ¿Un lugar?, ¿una persona? Rápidamente se nos revela el sentido esencial de este tema. Canta Sinatra en el último verso: "Estaré en casa está Navidad, aunque sea solo en mis sueños". Es un "Only the lonely" navideño. Canta para aquellos que conocen el hogar pero es inaccesible. Cuántas personas, en la actualidad, carecen de hogar e incluso, terminan su búsqueda de manera trágica. ¿Estas fechas podrían despertar conciencias? Sería esta una buena meditación para pasar estas fechas que, contrariamente a lo que predican, están dedicadas al derroche y desprovistas de solidaridad.

Por supuesto, aunque en menor número, Sinatra también interpretó temas navideños de ambiente festivo como "Jingle bells", "Let it snow!" o "Santa Claus is comin' to town" y estrictamente religiosos, como "Silent night", "Ave Maria" o "Little town of Bethlehem" pero, en todo caso, brilló en los populares como "Whatever happened to Christmas", "Old fashioned Christmas", "The Christmas song", la mencionada "I'll be home for Christmas" o la legendaria "Have yourself a merry little Christmas". Otro ejemplo de canto a la añoranza. Uno de los versos de este clásico de Hugh Martin y Ralph Blane reza, como un deseo irrealizable: "Algún día, pronto, todos volveremos a estar juntos". En un especial televisivo navideño protagonizado por Dean Martin y Frank Sinatra, junto a sus respectivas familias, un 21 de diciembre de 1967, sonó así este tema:




Pasen estos días lo mejor posible

Algunas curiosidades de Sinatra

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Frank Sinatra en el neoyorquino Friar's Club, año 1962

Inauguramos algo tarde este nuevo ejercicio 2017 con la primera entrada del año. Antes de querer reaccionar estábamos celebrando el 101 cumpleaños de Sinatra y estrenábamos estupefactos 365 nuevos días. Continuando la imparable deriva del siglo XXI, la actualidad musical y su discutible evolución, engrandece cada día más el recuerdo y la añoranza de Frank Sinatra. Como hemos podido escuchar en numerosas reuniones, congresos y cumbres mundiales a lo largo y ancho del mundo conocido, cada año que pasa, Sinatra canta mejor. El nuevo Premio Nobel de Literatura, Bob Dylan parece pensar igual que nosotros y en su, indudablemente, desencantada visión del mundo actual vuelve a tributar la figura de Frank Sinatra con un nuevo disco dedicado al italoamericano y al cancionero clásico norteamericano que titulará "Triplicate" y constará, obviamente, de tres discos. La influencia e inspiración en el "Trilogy"de Sinatra es indudable. Más información:aquí

Sinatra actuando en el Teatro Lido de París (1962)
Inagotable la fuente de inspiración de Sinatra queremos rescatar, para inaugurar convenientemente el año 2017 en este blog, algunas rarezas poco conocidas. Comenzamos, como ya se puede intuir en las fotografías ilustrativas, por el año 1962 y su nueva visita a Italia en un concierto que sería retrasmitido por RAI. El inconveniente de la realización que ofrece la televisión italiana radica en los continuos primeros planos que brindan al espectador del director del programa y actor Ernesto Calindri, que estaba visiblemente orgulloso por haber traído de nuevo a Italia a la estrella norteamericana. Pero queremos centrarnos en esta grabación ya que los cortes que normalmente hemos podido ver no incluían el tema"They can't take that away from me" y al fin hemos encontrado su filmación, eso sí, precedida por la ya conocidísima grabación de "Goody, goody" donde Sinatra yerra el verso, aunque disimula el pequeño fallo, alejándose del micrófono y esto convierte el error en casi imperceptible para el gran público. En todo caso, rescatamos el video por el mencionado tema de George y Ira Gershwin con el que Sinatra obsequia al público italiano, una canción que adquiere un interés y brillo especial cantada junto a una reducida composición de jazz, como es el caso, junto al quinteto de Red Norvo (en este video ampliado a sexteto, sin la participación de Norvo pero con Bill Miller -piano-, Al Viola -guitarra-, Ralph Peña -contrabajo-, Irv Cottler -batería-, Emil Richards -vibráfono- y Harry Klee -saxofón-). El video concluye con la también conocida "Moonlight in Vermont"


Seguimos con el meteórico 1962 año en que Sinatra visitó y cantó en Europa, Japón, Australia realizando la gira mundial benéfica All of God's Children. Precisamente viajamos hasta el Hibiya Park de Tokio para ver un corte poco conocido de uno de esos conciertos que ofreció en abril de aquel mítico año. La canción es el clásico de Cole Porter"I get  kick out of you"Es interesante observar cómo el exigente Sinatra, tras la intro de la canción, pide al reducido grupo de jazz que aumente el volumen de su acompañamiento con evidentes aspavientos de su mano izquierda. Llama la atención, de la realización japonesa, los abundantes primeros planos y la inmensa cantidad de fotógrafos, focos y cámaras que rodean al cantante durante la interpretación que, por otro lado, es una de las más contenidas e impecables que Sinatra ofreció sobre este tema:

Sinatra, también en 1962 instantes antes de comenzar el concierto en el Royal Albert Hall de Londres
Para terminar avanzamos ocho años y nos plantamos en 1970 Aquel año, Sinatra participó en la serie televisiva norteamericana Make room for Granddaddy, un catastrófico revival de The Danny Thomas Show que recabó éxito en la ABC de 1953 a 1957 En el capítulo en cuestión, Frank convierte su clásico "All the way"en una canción de cuna, en una graciosa escena junto al niño protagonista de la serie.  No sabemos si esta actuación tuvo algo que ver en su decisión al retirarse en 1971

El Sinatra más solitario

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Nunca fue un artista acomodado, Sinatra, quien siempre buscó la innovación, la renovación y fiel a su estilo, reinventó la fórmula, una y otra vez, adaptándose a las nuevas modas musicales, sonando fresco y actual en los años ochenta como en la década de los cincuenta. Era como si todas las décadas que vivió hubieran sido inventadas para él. Quizá por su condición de jugador en los casinos que visitaba, a Sinatra siempre le gustó arriesgar. También en su carrera musical. En la década de los cincuenta, con la compañía Capitol, fue el cantante que inventó los discos conceptuales (casi una década antes que los Beatles), el primero que los popularizó y los convirtió en un producto comercial. Los trabajos conceptuales son aquellos que guardan un mismo tono en todas sus canciones, un mismo estado de ánimo, identificados con un sentimiento igual desde la primera nota hasta la última. Brillaron entre ellos aquellos discos dedicados al blues, al desamor, al "último bar abierto"; songs for losers, las llamaba él; la soledad como leitmotiv: "Only the lonely", "In the wee small hours", "Where are you?", "No one cares", "Close to you" o "Point of no return". Heredero de estos trabajos es uno de los discos que más hemos referenciado en este blog que repasa la vida y la obra de Frank Sinatra. Uno de los LPs que, por insólito, se encuentra entre los más interesantes de su carrera, quizá al mismo nivel que "Watertown". Cada día es más apreciado por el público y en especial por los Sinatrólogos, este título sobre el que volvemos hoy: "A man alone". Recientemente en el blog del amigo Francisco Machuca, quien también ha aportado su colaboración a este espacio, apareció este artículo obre el disco. El siguiente artículo apareció en el número de la revista de la Asociación Aragonesa Amigos del Libro,"Barataria", que podemos descargar aquí.

Sinatra en 1969

 UN HOMBRE SOLITARIO: EL SINATRA MÁS LITERARIO

En una de aquellas numerosas cenas compartidas en Las Vegas, Frank Sinatra y Marilyn Monroe, entre susurros, dedicaban el tiempo a la conversación más que a la comida o la bebida. Uno de los comensales que tuvo el privilegio de sentarse justo en frente de la pareja se levantó al excusado. La presencia de este comensal fue requerida en otra de las mesas del restaurante. “¡Qué suerte has tenido! Sentado justo en frente de Sinatra y Monroe. Lo debes pasar en grande” -le dijeron- “No creáis. Es un aburrimiento. Llevan toda la cena hablando de filosofía” -contestó el comensal- Sirva esta anécdota para aclarar que Sinatra no era solo un cantante excepcional y un buen actor. También fue un gran lector y al igual que Marilyn Monroe, consideraba necesaria la constante formación cultural, inaccesible en sus respectivas adolescencias, por diversas cuestiones. Era el año 1944 cuando el joven Frank Sinatra, hijo del llamado “Frente cultural”, declaraba ante la prensa estar sumergido en la obra de Karl Marx. La imagen proyectada para el gran público, tanto de Sinatra como de Marilyn, poco tenía que ver con la realidad.
Marilyn Monroe observa a Sinatra que, seguramente, dirige su mirada azul a la actriz. Dean Martin aparece en la fotografía, en segundo plano, como un observador

No formaba parte la poesía, sin embargo, de las lecturas preferidas por Sinatra. En diversas ocasiones declaró no entenderla sin música. Para Sinatra, un buen poema debía estar complementado por una adecuada banda sonora y ese texto, debía ser siempre cantado, idea que nos remite inevitablemente al origen griego clásico de la poesía y la música, cuando caminaban juntas, de la mano. Para el cantante, los poemas eran las letras de sus canciones y él, su mejor rapsoda. Porque Sinatra interiorizaba aquellas letras y las sentía como propias. Es por ello que, ante el micrófono, el italoamericano era cantante, pero también actor. Y probablemente, este fuera su secreto para transmitir, sinceramente, cada palabra. Algo insólito sucedió el año 1969 pues, el cantante, en su constante búsqueda de nuevos sonidos y nuevas músicas que actualizaran su repertorio, se encontró con el músico y poeta Rod McKuen, autor entre otras, de la imperecedera oda al paso del tiempo y los amores “Love’s been good to me”. McKuen, reconocido en el mundo de la música más como letrista que como compositor, propuso a Sinatra un proyecto novedoso, moderno y extraño. Un disco dedicado a la soledad y al desamor donde se sucedieran, de manera equitativa, las canciones y los poemas. Poemas estos, compuestos por McKuen, que serían recitados en el estudio por Sinatra. “A man alone” fue el brillante resultado de esta fructífera colaboración.
En el estudio, Frank Sinatra y Rod McKuen. Curioso atuendo el que luce el cantante, seguramente, imbuido todavía por el estilo que había marcado su ya exesposa Mia Farrow, con un collar estilo hippie y un jersey bajo la americana. De hecho, en la fotografía, poeta y cantante parecen haber intercambiado estilos.

Frank Sinatra, en un principio, recibió la idea de McKuen con reticencia pero, a medida que el proyecto tomaba forma, fue creyendo en él. Como se ha dicho anteriormente, el cantante buscaba nuevos sonidos, nuevas músicas. Acababa de grabar el LP “My way” y recientemente había prestado atención al “Something” de George Harrison o al “Ne me quitte pas” de Jacques Brel, que grabaría en aquel mismo 1969 La inclusión de Don Costa como arreglista de las canciones compuestas por Rod McKuen fue definitiva para que Sinatra diera un paso al frente. Era 19 de marzo de 1969 y el cantante registraba en los estudios Reprise la canción “Love’s been good to me” que, a partir de entonces, incorporaría habitualmente a sus conciertos. El resto de canciones del álbum fueron grabadas al día siguiente, reservando para el 21 de marzo el recitado de los poemas.
Frank Sinatra y Don Costa en el estudio. La inclusión del arreglista en el álbum "A man alone" fue decisiva para que el cantante llevara a cabo el proyecto.

“A man alone” está armado como una historia circular. Los recuerdos de un hombre maduro que repasa los avatares amorosos de su vida y las huellas irreparables que algunos de ellos dejaron, alimentando así una soledad completa pero habitada. Recuerdos-fantasma, no siempre silenciosos, que llenan esa habitación donde una voz herida nos cuenta su versión idealizada de lo sucedido. El leit motiv del LP es el single principal que da nombre al disco y que supone la canción de obertura: “A man alone”. Sigue a este tema, el poema “Night”, recitado dulcemente por Sinatra sobre una composición suave y nocturna de McKuen, adecuadamente arreglada por Costa. “He vivido todo tipo de noches, así que no debería temer a la oscuridad. Pero, por alguna razón, la noche me inquieta”, termina recitando Sinatra. El tercer tema del LP es un blues que respira madrugada y ciudad por sus cuatro costados y se titula “I’ve been to town”. La ciudad nocturna como ofrenda de posibilidades. Pero el final de la noche, el amanecer/principio, como la conclusión: nuevamente, la soledad. “He hecho cosas que nunca pensé hacer”, canta Sinatra. De nuevo acude la versión rapsoda del cantante para recitar “From promise to promise” sobre fondo de guitarra española, con una voz agotada, hastiada de esperar el eco/respuesta que no llega. Culminará esta cara A del LP con dos canciones, “The single man” y la deliciosa “The beautiful stragers”, canción esta última censurada por el franquismo, lo que supuso que el LP apareciera en España mermado, con una canción menos. “The beautiful strangers” está dedicada a los amantes desconocidos que deciden pasar una noche juntos, en una habitación de hotel, para no volver a encontrarse jamás. También comienza con dos canciones la cara B, en los temas “Lonesome cities” y el recordado “Love’s been good to me”, balada otoñal de carretera, de viaje, de recuerdos y huellas pasadas. Seguirá a esta, el poema “Empty is”, con un recitado grave de Sinatra que comienza desprovisto de música, remarcando así la sensación de vacío que ya adelanta el título. Cuando emerge la música, sin embargo, con unos incipientes violines in crescendo, Sinatra comienza a cantar la letra. Es esta la única ocasión en el disco donde se mezcla el poema recitado con la canción y por ello, resulta uno de los temas más interesantes e insólitos en la carrera del cantante. Continúa el repertorio con dos poemas, “Out beyond the window”, donde imaginamos al poeta/rapsoda asomado a una ventana para ver la vida pasar, y el maravilloso “Some traveling music”, con un fondo musical a ritmo de blues y un recitado de Sinatra sobre el replicante saxo alto que lleva la melodía compuesta por McKuen. Concluye este LP, cerrando el círculo con la repetición del estribillo de la canción inaugural, “A man alone”

En consecuencia, tenemos en el LP “A man alone” al Sinatra más literario que, por primera y única vez, recita ante un micrófono poemas escritos especialmente para él, como reconocería posteriormente en una entrevista el poeta Rod McKuen (“Primero fue la voz. Después, el poema” -diría-) Un disco único en su extensa discografía y por ello, de máximo interés. El cantante que vemos aquí es introspectivo y reflexivo, una versión de Sinatra muy desconocida para el gran público. Reforzando el carácter literario del LP, Rod McKuen incluiría en la contraportada de su primera edición un extensísimo poema dedicado a Frank Sinatra. Merece la pena su detenida revisión.
Love's been good to me:


FRANK SINATRA - Love's been good to mepor samba56
Dejamos ahora con un conocido medley de un show televisivo grabado en 1969 En él, Sinatra incorpora el poema "Out beyond the window" y la canción "A man alone" a algunos temas clásicos:


Frank Sinatra - A Man Alonepor JuliannKeener

Madrid 1986: el fracaso en el Santiago Bernabéu

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Frank Sinatra en un instante del concierto en Madrid, el 25 de septiembre de 1986
Con 71 años Frank Sinatra ofrecía por primera vez un concierto en España, país que nunca había acogido un recital suyo y que siempre le había resultado hostil. Recordemos que el general Franco había declarado a Frank Sinatra persona non grata en España y que el cantante solo pisaría este país para rodar alguna escena de sus películas. Muerto el dictador, llegada la democracia y con Felipe González revalidando su puesto de Presidente del Gobierno, el empresario Arsenio Marcos tuvo la brillante idea de traer por primera vez a Sinatra al Santiago Bernabéu de Madrid. Su único acierto. El desorbitado precio de las entradas (rondaban las 50.000 o 60.000 pesetas) y la pésima organización (El Corte Inglés, ante una mínima venta, dejó de ofertar las entradas cerrando las taquillas un día antes y cancelando el contrato) provocó una bochornosa situación y tan solo 30.000 personas acudieron al concierto, algunas de ellas, con una entrada regalada por la organización una hora antes de comenzar el recital de Sinatra. Al día siguiente "El País" titulaba en su portada: "Frank Sinatra convirtió un fracaso económico en un éxito personal". Este excelente artículo explica detenidamente el despropósito de la organización. Podemos leerlo aquí.
Otra imagen del concierto en el Santiago Bernabéu
España parecía no estar a la altura del cantante, ni siquiera en aquel 1986 cuando ya no había un dictador prohibiendo sus canciones. Imaginamos lo que Sinatra pudo pensar de aquel país que durante cuarenta años lo había ninguneado, aquel"Spain" del aroma en la canción "I get a kick out of you" parecía continuar con su rancio perfume. Afortunadamente llegaría el año 1992 y al fin Sinatra triunfaría en España, con un memorable recital en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Pero aquella ocasión en Madrid, sin duda, se convertiría en la peor experiencia del cantante ante un concierto. Él, que había llenado Maracaná, encontraba un Bernabéu semi vacío. Pero es que todo aquello había comenzado de una manera un tanto surrealista. A su llegada al aeropuerto de Barajas, junto a su esposa Barbara, aguardaba Rocío Jurado para darle la bienvenida a nuestro país. Seguramente el cantante hubiera preferido a Carmen Sevilla de la que había estado enamorado años atrás.
Rocío Jurado, ufana y sonriente, recibe en Barajas a Frank Sinatra
Años 50 Durante una semana Frank Sinatra enviaría cada día un ramo de flores a la habitación de Carmen Sevilla invitándola a comer o a cenar con él. Carmen nunca accedió a aquella invitación.
El estadio Santiago Bernabéu, semi vacío y decenas de personas parapetadas con prismáticos desde sus balcones disfrutaron, eso sí, de un concierto memorable. Sinatra, acompañado por 42 músicos de la Filarmónica de Londres dirigidos por Bill Miller, abrió el concierto con "Fly me to the moon" y continuaría con "Without a song", "What now my love", "I've got you under my skin", "Bewitched", "Where or when", "Witchcraft", "My heart stood still", "Theme from New York, New York" y una concesión: "Granada". Después de interpretar el clásico de Agustín Lara, el cantante se dirigió al público gritando "¡Viva España!" y confesando la alegría que invadía su corazón al poder, al fin, cantar en nuestro país. También recordó el rodaje de "Orgullo y pasión" junto a Sofía Loren, última vez que había estado en España. El concierto continuó con "Summerwind", "Night and day", "I get a kick out of you", "Come rain or come shine", "L.A. is my lady"; "The girl from Ipanema", "April in Paris", "The lady is a tramp", "For once in my life", "Mack the knife", "All the way", "Strangers in the night", terminando con "My way".  Espléndido repertorio de un pletórico Sinatra que en aquel 1986 disfrutaba sobre los escenarios de lo que parecía una segunda juventud. El periodista Julián Ruiz para "El Mundo" vivió así aquel concierto: aquí
Sinatra saluda al público del Bernabéu
Sorprendentemente, están llegando algunas imágenes del concierto de Madrid que, hasta ahora, parecían perdidas. De hecho, las cámaras de televisión no pudieron acceder a interior del recinto en ningún momento. Desconocemos entonces la procedencia de las imágenes que vamos a ver. Recordábamos antes cómo, después de interpretar"Granada", Sinatra se dirigió al público brindando por la fortuna y gritando hasta tres veces "¡Viva España!" La siguiente secuencia, aunque de pésima calidad visual, recoge ese momento:



Efectivamente, la desastrosa acogida y organización que en España ofrecimos a Frank Sinatra, en aquella ocasión, sin embargo, o lograrían opacar el rotundo éxito artístico del cantante que, sin dejarse amilanar por un recinto semivacío, ofreció lo mejor de su repertorio durante una hora y media concediendo además un especial tributo al público español interpretando "Granada" canción que en aquella época ya había retirado de su repertorio en directo. El concierto completo, aunque no fue filmado por las cámaras de televisión, sí aparece registrado, según tenemos noticia, en un CD. De momento es todo lo que tenemos. Esperemos que, algún día, aparezca más material sobre el primer concierto de Sinatra en España.
Este disco recoge la grabación en audio del concierto en el Santiago Bernabéu
Hubo quien pagó 50.000 pesetas por ver a Sinatra en Madrid
Portada de "El País" tras el concierto

Frank Sinatra sings It had to be you at White House (1982)

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Frank Sinatra y Perry Como durante un concierto en la Casa Blanca. Tony Mottola, al fondo (guitarra)
El 25 de marzo de 1982 Perry Como y Frank Sinatra ofrecieron una sesión de jazz en la Casa Blanca con motivo de la visita del Presidente italiano, Alessandro Pertini. El concierto está grabado perfectamente con cámaras de televisión pero su contenido todavía es inaccesible. No obstante, hoy veremos aquí un breve extracto cuyo interés resultará especial pues se trata de Frank Sinatra interpretando en directo"It had to be you", conocidísimo y recurrente estándar compuesto en 1924 por Gus Kahn e Isham Jones que, sin embargo, Sinatra tardaría en grabar. Fue registrado en estudio para su álbum"Trilogy" (1980) y muy pocas veces interpretada en directo. Tenemos ahora la oportunidad de ver una de ellas. Sinatra recupera la entradilla clásica de la canción, que aprovecha también para bromear con Perry Como y acomete después el cuerpo de la canción como la suave balada que concibió para "Trilogy"aunque con un acompañamiento menor en esta ocasión. Ladies & Gentlemen, It had to be you by Frank Sinatra:

"It had to be you" es un clásico de jazz que podemos escuchar en su versión original aquí o en una de las mejores versiones que se han grabado, la de Harry Connick Jr.aquí. La versión de Sinatra para "Trilogy", con arreglos de Billy May, es una balada deliciosa e íntima, donde la voz es acompañada por una trompeta solitaria y lejana que otorga el nocturno toque perfecto para una canción redonda. La orquesta, comedida, también tiene durante el acompañamiento, una esencia sentimental de tiempos pretéritos, que nos remonta precisamente al año de su composición 1924 Remata todo el ambiente el solo de trombón "al estilo Dorsey", en el pasaje de la orquesta. Magnífica esta versión de estudio que podemos escuchar aquí
Otra imagen de Frank Sinatra y Perry Como, esta vez, ensayando antes del concierto.
 Terminaremos esta entrada con la letra traducida de"It had to be you"

"Tuviste que ser tú"

¿Por qué actúo como tú dices? ¿Por qué debo dejarte marchar?
¿Por qué estos suspiros? ¿Por qué no trato de olvidarte?
Aquello que los amantes llaman destino
me mantuvo confiando: "Tengo que esperar"
Y después de todo, no pude enamorarme, hasta que te conocí.

Tuviste que ser tú, tuviste que ser tú.
Deambulé errante pero al final encontré aquella persona
que me hace ser honesto, que me hace sentir triste
y de hecho, contento por estar triste,
pensando en ti.

Otras personas que he visto, no son tan importantes.
Se pueden interesar, tratar de ser las mejores
pero nunca lo consiguen.
Porque nadie me produce tal escalofrío.
Con todos tus inconvenientes, te amo.
Tuviste que ser tú, tan maravillosa.
Tuviste que ser tú.

Una imagen más del concierto de 1982






Sinatra, en el silencio de la noche japonesa

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"Sinatra experience" . Todos los que tuvieron el privilegio de asistir a un concierto de Frank Sinatra comentan que se trata de una experiencia vital inolvidable. Hoy lo comprobaremos con una canción procedente del concierto en Japón (1962) y casi lo sentiremos como si estuviéramos entre el público.

En 1937 Cole Porter publicó la canción In the still of the night para la película Rosalie donde era interpretada por Nelson Eddy, versión original que pasó sin pena ni gloria. Sin embargo, el 16 de octubre de ese mismo año la interpretó la orquesta de Tommy Dorsey y la de Leo Reisman el 25 de diciembre, versiones que contribuyeron a popularizar el tema.  Podemos escucharlo por Dorsey y el vocalista Jack Leonard aquí . A partir de la década de los cuarenta se sucedieron algunas versiones exitosas de In the still of the night, especialmente las de Jo Stafford, Django Reinhardt, Charlie Parker, Perry Como y particularmente, las de Ella Fitzgerald y Doris Day. El mndo tuvo que esperar a 1961 para escuchar esta canción en voz de Frank Sinatra y precisamente el cantante la eligió para  el LP que supuso el debut con su propia discográfica, Reprise: Ring-a-ding-ding. 


Si en aquella primera grabación de 1961, bajo arreglo de Johnny Mandel, la orquestaba ofrecía un swing espectacular, Sinatra la hace brillar, sobretodo, un año más tarde, cuando la incluye en el repertorio de sus conciertos de pequeño formato en que la voz solo es acompañada por un quinteto o un sexteto. De esta manera, la versión de París en 1962 es espectacular. La que vamos a ver hoy es del mismo año, pero del concierto en Japón, perteneciente a la gira benéfica All of God's children. En ella, vemos al Sinatra más exigente, mas "director" y no solo en el aspecto musical como veremos a continuación. Al comienzo de la canción, el cantante pide al quinteto que vuelva a comenzar pues el ritmo adquirido por los músicos no es el adecuado. Para cualquier espectador lo hubiese sido, seguro. Pero no para Sinatra, que parecía exigir la perfección en sus músicos, igual que se exigía a sí mismo. Pero no acaba ahí la cosa. A mitad de canción, en la estrofa musical, el cantante se ocupa del técnico de iluminación al que, desde el escenario, hace señas para que dirija el cañón de luz a los músicos y más concretamente, al saxofonista Harry Klee, que está a punto de ejecutar un brillante solo, clave en esta canción. Sinatra sabe en ese momento, que Klee está especialmente inspirado. Se siente a lo largo de toda la canción. Mientras él canta, el saxo hace de fondo perfecto, jugando con la melodía e improvisando. Por eso, en el solo, todo estalla y nos lleva a un momento, aunque breve, álgido, que hasta el mismo Sinatra agradecederá desde el escenario cuando Klee culmina. ¿Y qué hay de Sinatra? La interpretación vocal es exquisita, Una vez más, como exige particularmente esta canción, hace alarde de su control respiratorio, uniendo las palabras, los versos, sosteniendo las notas hasta el infinito. In the still of the night es un tema que se presta a esta técnica. Aquí también tenemos al Sinatra que estudia minuciosamente cada canción. Con este tema, Porter dibujó una ola. La melodía comienza susurrante, in crecendo llega su explosion máxima justo en el meridiano de la canción, para terminar de nuevo en un susurro, casi en silencio, casi..."En el silencio de la noche"Y Sinatra sabía cómo cantarla:


In The Still Of The Night - Mik. 62 -por Franklyjoy22

En el silencio de la noche  (Traducción)

En el silencio de la noche cuando contemplo mi ventana.
En la luna, en su trayectoria, todos mis pensamientos se extravían en ti
En el silencio de la noche, mientras el mundo yace en el sueño
oh, no puedo contar las veces que pregunto:
¿Me amas como yo te amo?
¿Estarás en mi vida para realizar el sueño?
¿O ese sueño se desvanecerá fuera de mi vista como la luna va desapareciendo al borde de la colina en el silencio, el silencio, el silencio de la noche?

1974 El año del regreso: Light my fire, Frank!

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Durante su retirada, Sinatra regresó al estudio para grabar "Ol' blue eyes is back" y"Some nice things I've missed"Aunque esta magnífica fotografía corresponde a las sesiones de un álbum posterior: "She shot me down" (1981)


Ya es mítico el concierto con que Frank Sinatra anunciara su retirada de los escenarios y del negocio musical en 1971 Cualquier aficionado que viera aquel recital albergaría la misma idea en su mente: "¡Está loco! Cantando así, ¿por qué se retira?" Y es que muchos cantantes de éxito, mucho más jóvenes que él, hubieran dado su brazo derecho por tener esa voz. Efectivamente, se trata de un concierto impecable. Probablemente, el mejor o a la altura de cualquiera de los mejores que ofreció a lo largo de su carrera musical. Sin duda, contiene la mejor versión en directo de"That's life!" o una de las mejores de "I've got you under mu skin". Pero en 1971 por mucho que la revista Life titulara en su portada"Sinatra dice adiós y amén",  nadie podía creer que aquello fuera cierto. No era posible un universo musical sin Frank Sinatra. Probablemente, el propio cantante tampoco lo creyó. Y quizá por ello, no se retiró del todo. Digamos que 1971, simplemente, fue el año de su "ocultación escénica" pero nada más. Porque el travieso de Frank continuó dando conciertos, por ejemplo, en la Casa Blanca o en el Caesars Palace. Así, cuando se anuncia que el concierto en el Madison Square Garden de Nueva YorkThe Main event, en octubre de 1974 es el flamante regreso de Frank Sinatra a los escenarios, se trata más de una maniobra publicitaria pues, como veremos a continuación, nada más lejos de la realidad. 

Como hemos dicho, en abril de 1973 Sinatra actuó en la Casa Blanca. Pero ya en junio de aquel mismo año tenía bien claro su regreso, pues volvió a los estudios de grabación para comenzar las sesiones del álbum Ol' blue eyes is back. Pero el regreso real a los escenarios fue el 25 de enero de 1974 en el ya mítico Caesars Palace de Las Vegas. En aquel concierto dijo que echaba de menos los aplausos del público pero el cantante había actuado entre 1971 y 1974 en diversas ocasiones incluso en el propio Caesars Palace.  Tras ese recital, Sinatra emprende una gira de conciertos en diez ciudades distintas, entre el 11 y el 27 de abril. Y vuelve a los estudios de grabación, en esta ocasión, para grabar el álbum "Some nice things I've missed" donde el cantante convierte a su estilo algunos éxitos del momento como"If"(balada del grupo "Bread", compuesta por David Gates), "Sweet Caroline" (de Neil Diamond) o "Bad, bad Leroy Brown"de Jim Croce. En julio de 1974 comenzará una gira por Extremo Oriente, continuando por Europa y terminando en Australia.  Así que cuando llega octubre, el esperado regreso de Sinatra a los escenarios, podemos decir sin temor al error que, en realidad, es un final de gira apoteósico.
Magnífica fotogra
fía del concierto "The Main event" en el Madison Square Garden de NY

El nulo entendimiento y las continuas disputas entre su nueva novia, Barbara Marx y su madre, Dolly, llegan a un momento tan álgido que la pareja está a punto de la separación. En ese momento, Sinatra se prepara para el Main event, un especial que será grabado en directo para la televisión. A pesar de su experiencia, los especiales en directo para la televisión nunca fueron el formato preferido de Frank y por eso, estaba especialmente nervioso ante el concierto en Nueva York por lo que solicitó a su compañera que, al menos hasta que todo pasara, no abandonara la casa de Palm Spring que, hasta aquel momento, compartían. Barbara se quedó. Como sabemos, a pesar la sonada ruptura a finales de aquel mismo año, todo acabó en matrimonio. Aun con todo, los nervios de Sinatra estaban a flor de piel para el concierto del Madison. Parecía que él mismo se había convencido de que aquello era un regreso. En realidad, era un regreso a su hogar, a Nueva York, la ciudad que le vio nacer. Y en ese caso, podemos entender la presión a la que estaba sometido. Por todo ello, considero, que aunque el Main event es un concierto mítico, por la responsabilidad que supone ese regreso en Nueva York, por la escenografía y por su repercusión mediática, se trata de una de las interpretaciones menos afortunadas de Sinatra en directo, salvando algunas excepciones brillantes como Angel eyes o The lady is a tramp. Evidentemente, una de las más discretas actuaciones de Sinatra sería una de las mejores para cualquier otro cantantePero los nervios afectan visiblemente a la voz del artista durante casi todo el repertorio y se comprueba fácilmente en baladas como Autumn in New York, que además recuperaba para aquella ocasióno en el comienzo de Let me try again donde su voz suena dubitativa. Cualquier espectador acostumbrado a seguir las actuaciones de Frank Sinatra en directo, desde la honestidad y sin estar cegado por las candilejas del Madison, afirmará sin duda que su estado de voz no es el habitual. Pero en 1974 la voz de Sinatra seguía siendo impecable y así se demuestra en algunos conciertos de aquel mismo año, mucho más brillantes que el Main event, por ejemplo, el que tuvo lugar en Japón. No solo se trata de una interpretación impecable en cada tema. En Tokio 1974 vemos a un Sinatra exultante, pletórico, vibrante, potente y a una orquesta rabiosa de swing. Todo ello conforma una de las actuaciones más brillantes de su carrera y es el concierto que hoy traemos hasta aquí. Concretamente veremos dos fragmentos. En primer lugar, el tema de Stevie Wonder, "You are the sunshine of my life", contenido también en el álbum que mencionábamos anteriormente "Some nice things I've missed", en una versión enérgica que Sinatra culminará con el consabido "Light my fire, light my fire!" del LP  Después veremos una asombrosa interpretación del clásico "Don't worry 'bout me", con una explosiva orquesta y también un explosivo Frank. Es curioso que este recital no se haya comercializado oficialmente pues, como hemos dicho, es mucho mejor que el de Nueva York de aquel mismo año. Sí que lo podemos encontrar en versión pirata y de ahí proceden estos vídeos que disfrutaremos a continuación, este Sinatra de 1974 en plena forma. Los más mitómanos podrán encontrar el concierto completo, dirigiéndose al correo franklyjoy22@gmail.com


You Are the Sunshine of my Life - Budokan...por Franklyjoy22
Don't worry 'bout me:


Don' t Worry ' Bout Mepor Franklyjoy22
Creo que queda suficientemente claro, con estos dos ejemplos, que Budokan 1974 es incomparable a Madison Sqaure Garden de ese mismo año. Para quien quiera más ejemplos, también puede comprobar una genial I've got the world on a string o en cuestión de baladas, la hermosa If, también incluida en su recién estrenado "Some nice things i've missed". Sobre "You are the sunshine of my life"comentar que Stevie Wonder declaró que Sinatra había superado su versión original. No sé si llega a tanto pero, sin duda, estamos ante la mejor baza de este LP tan desconocido y que tantas veces hemos referido ya aquí. Randy J. Taraborrelli en su conocida y excelsa biografía sobre Frank Sinatra, sin embargo, tacha este álbum de mediocre, diciendo que cualquier versión es peor que la original y aludiendo a la mala calidad de las composiciones de la época como principales culpables de este fracaso. Desde luego no nombra la canción de Stevie Wonder pero sí arremete contra, por ejemplo, "Bad, bad Leroy Brown". Creo que el escritor exagera con ese adjetivo. "Some nice things I've missed"es un LP interesante y desconocido. En él está la maravillosa"If", la divertida "Tie a yellow ribbon 'round the Ole Oak tree", la deliciosa "The summer knows"o el éxito de Neil Diamond "Sweet Caroline", convertido en un trepidante swing. Nos quedamos ahora con la única fotografía conocida de Stevie Wonder, autor de "You are the sunshine of my life", junto a Frank Sinatra. Es una fotografía coral. Coincidieron en el homenaje a Sammy Davis Jr. en 1989 muchos años después de que Frank eligiera la canción para su álbum. Suponemos que encontrarían tiempo para charlar de ello. Era la segunda vez que Frank versionaba a Stevie Wonder pues ya lo había hecho con "For once in my life". Precisamente en Duets II grabaron este tema juntos, con la colaboración de Gladys Knight. 

En la fotografía encontramos a los participantes en el homenaje a Sammy Davis Jr. Frank Sinatra se encuentra al extremo izquierdo y Stevie Wonder al derecho, de blanco. Por supuesto, la fotografía está repleta de estrellas: Whitney Houston, Michael Jackson, Shirley MacLaine, Dean Martin, Eidye Gorme, Steve Lawrence, Mike Tyson, Dionne Warwick, Bill Cosby...

Frank Sinatra at Sanctuary Cove, Brisbane (January 9th 1988)

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Frank Sinatra (1988)
Nueve de enero de 1988, Frank Sinatra actúa en el Sanctuary Cove de Australia. Veremos aquí este show inédito, completo. No está dentro de lo mejor que ofreció este Sinatra de avanzada edad en 1988 pero al ser desconocido, resulta más que interesante. De hecho, fue titulado "The ultimate event" Comienza el recital un Sinatra 73 años con unas dubitativas "All of me" y"You make me feel so young"donde el cantante es traicionado por una voz algo ronca, para continuar, después, acometiendo "For once in my life"y "Summer wind" con ya una mayor seguridad y sin los fallos del comienzo en su voz. El nivel general del concierto es un in crescendo constante. Así, llega una estupenda versión de "Maybe this time".
La quinta canción que disfrutaremos es la excelsa balada "If"con una interesante versión donde Sinatra compensa una voz mermada respecto a épocas anteriores con una maravillosa interpretación. El show debe continuar y lo hace con"You are the sunshine of my life". La canción de Stevie Wonder parece actuar como bálsamo Fierabrás para el cantante que, visiblemente animado, rubrica aquí una de las mejores interpretaciones del concierto terminando con el clásico grito Light my fire!. De nuevo, uno de los temas más interesantes del recital es el saloon song que continúa, la recuperación de la balada "What's new?" (Johnny Burke), procedente del glorioso LP  "Only the onely". La versión termina con una bonita guitarra española, en esta ocasión. 

Continúa la época Capitol en el recital con la inolvidable "Come fly with me"en una versión discreta donde encontramos a un Sinatra juguetón con la letra que, sin embargo, termina espectacular la canción. A continuación el cantante presenta el medley"The gal that got away/It never entered my mind"en una gran versión donde, ahora sí, alcanza su mejor momento del concierto a pesar de los problemas, habituales en este recital, para recordar la letra de las canciones. Llega después uno de los temas que convierten este concierto en algo único. Sinatra canta el tema de Cole Porter,"Easy to love", una canción poco escogida por el cantante para sus conciertos. El recital vuelve al tono de baladas con la preciosa "Bewitched" procedente de la banda sonora de"Pal Joey"en una buena versión con gran final. Regresa el swing al recital australiano con la inigualable "Mack the knife"donde Sinatra disfruta casi por primera vez en el concierto y continúa cómodo, en la misma línea, para interpretar ya el final del concierto: "The lady is a tramp", "My way"y, ya legendario, "Theme from New York, New York"donde consuma una estupenda versión. Vemos ahora el concierto:



Frank Sinatra in Sancturary Cove, Brisband, 9th...por darinfan

Frank Sinatra, según Perico Vidal: cuerpo y alma

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Noche de 1956 Frank Sinatra y Ava Gardner en el Chicote de Madrid.
Perico Vidal y Sofía Loren en 1956 durante el rodaje de "Orgullo y Pasión"

De Sinatra todavía queda mucho por descubrir. Las sombras siguen siendo profundas, alargadas y tan numerosas como los destellos que iluminan su historia. Efectivamente, como si de una película de Fritz Lang o de Orson Welles se tratara, el constante juego de destellos, alternados con momentos de la más irreparable opacidad, dan como resultado un baile inmortal donde, en ocasiones, resulta imposible discernir la realidad de la leyenda. Del material artístico inédito ya ni merece la pena hablar. Recientemente, visionando este documental grabado para CBS en 1965, compruebo que las sesiones de grabación del LP "September of my years", de las que solo habíamos visionado la canción "It was a very good year", pudieron ser filmadas por completo. Pues vemos en el documental una filmación del cantante grabando "The man in the looking glass" otro de los temas del mencionado disco que, precisamente, no figura entre los más conocidos. Si fue filmada la grabación de esta canción, probablemente, exista la sesión de grabación completa, lo que representaría un documento único: Sinatra, en el estudio de grabación. Por no hablar del material desechado de los discos, del que conocemos, probablemente, un tanto por ciento muy reducido. Por ejemplo, en el LP "L.A. is my lady"se prescindió de la canción "Body and soul"que sí fue registrada por Sinatra en el estudio. Recientemente, Frank Sinatra Jr. recuperó la grabación original de su padre (audio y vídeo) y la dotó de nuevo acompañamiento musical. El resultado fue magnífico y al menos, se recuperó este material inédito. El montaje de vídeo no es menos asombroso:

Pero no es casualidad que comencemos este artículo con una fotografía de Sinatra y Ava Gadner en el madrileño local "Chicote" seguida de otra, donde vemos a Sofía Loren acompañada por Perico Vidal en el rodaje de "Orgullo y pasión" El año de las dos fotografías es 1956 Este año es especialmente hoy para nosotros. 1956 es el año en que Perico Vidal y Frank Sinatra se conocieron, trabando una de las amistades más sólidas y cómplices que tuvo el cantante aunque, con el tiempo y posteriormente, diluida hasta quedar en un grato recuerdo para ambos. "Mi amigo Pedro, el hombre que me salvó la vida en España" . Con esta enigmática frase Frank Sinatra introducía a Perico Vidal en su selecto círculo de amistades durante la segunda mitad de los años cincuenta. ¿Y quién fue Perico Vidal?. Probablemente, el mejor asistente de cámara que hubo en España y que, en semejante época dorada, tuvo la suerte de relacionarse con Orson Welles, Ava Gardner, Joseph L. Mankiewicz o David Lean con quien, a través del trabajo, cosechó también una sólida amistad. También fue, entre otras muchas cosas, responsable de que "Atraco perfecto"se proyectara en España y obutviera un éxito rotundo. Antes de continuar resulta necesario y legítimo recordar al profesor y escritorMarcos Ordóñez, máximo responsable de recuperar del olvido a Perico Vidal y autor del más que recomendable libro"Big Time: la gran vida de Perico Vidal" (Libros del asteroide 2014) o Beberse la vida: Ava Gardner en España (Aguilar 2004), otro de los libros cabecera de este humilde blog. Nos referiremos hoy al primero, al menos, en la parte del libro que concierne a Frank Sinatra.

Frank Sinatra junto a un fotógrafo anónimo en la Costa Brava (1956)
Perico Vidal, el cine y un cañón

Perico Vidal comenzó su periplo cinematográfico nada menos que en Cannes, donde acudió para entrevistar a Orson Welles, que ganó el premio del festival con "Otelo". A Welles le debió caer muy bien aquel intrépido periodista español nacido en París porque, probablemente, era capaz de comprender el ingenio del genio; en una palabra, comprendía a Welles y cosa difícil, sabía tratarlo. Tanto es así que el famoso director le propuso trabajar como su assistant para "Mr. Arkadin" que se rodaría en España. Así comenzó en el cine Perico Vidal. Al terminar el rodaje con Welles, otro asistente, José Luis de la Serna, le propuso trabajar en un próximo proyecto que también se rodaría en España: "Orgullo y pasión", dirigida por Stanley Kramer y protagonizada por Sofía Loren, Cary Grant y por supuesto, Frank Sinatra, en el papel de campesino español de horrendo acento convertido en guerrillero. En aquel equipo de rodaje también figuraban otros españoles como Gil Parrondo o Manolo BerenguerVidal temía el encuentro con Sinatra casi tanto como el propio Stanley Kramer, pues le habían contado que era violento y temperamental. Además, en aquella época estaba, digamos, encabronado (que resulta en mi opinión un término adecuado y aunque soez, perfecto, para definir el estado del cantante en aquella época) con Ava Gardner. Cuenta Vidal que las primeras palabras que escuchó de Sinatra fueron:"¿Quién encontró este sitio? ¿Un piloto de helicóptero borracho?", refiriéndose a España. Al cantante y actor italoamericano no le gustaba nada de aquel rodaje. No le gustaba su papel, su atuendo, su flequillo ni su acento, a pesar de haber tomado clases con un guitarrista flamenco español que había conocido en Hollywood. Para colmo, detestaba a Franco, odiaba ver su imagen por todos lados, y  como demócrata convencido, también detestaba la dictadura. Cada carta que enviaba llevaba escrita en el remitente la ya famosa frase "Franco is an asshole" ("Franco es un gilipollas").
Cary Grant, Frank Sinatra y Sofía Loren

La actriz María Gañán, que participó en el rodaje de "Orgullo y pasión", junto a Frank Sinatra. El cantante aquí luce el mítico flequillo de caracterización. María Gañán fue además la creadora de la revista "Garbo" y directora adjunta de "Fotogramas" en su creación.
Primera juerga: Frank Sinatra y Lionel Hampton

Frank Sinatra no llegó con buen pie a España. Lo hizo acompañado por la corista de Las Vegas Peggy Connelly con quien se alojó en el Hilton de Madrid, para dar celos a Ava Gardner que, al enterarse del particular, no quiso ni oír hablar del cantante. Cuenta Perico Vidal en "Big Time..." que conectó al momento con Sinatra. Su cometido era"pasearlo por Madrid", para ver si se relajaba. Una cena y varias copas más tarde, el cantante ya le pidió que le llamara Francis (y esto solo se lo permitía a los amigos de verdad) y le confesó que solo dormía tres horas al día, así que empleaba 21 en disfrutar de la vida. Según Perico, conectaron porque les gustaban las mismas cosas. La pasión por el jazz, el cine, la bebida y la juerga, además, por descontado, de flirtear con toda mujer que se plantara delante. Uno de los relatos más asombrosos e impactantes que cuenta Perico Vidal, está relacionado, precisamente, con la pasión por el jazz. Xavier Cugat, que una noche ofrecía un concierto en el Florida Park, invitó a Frank Sinatra que declinó el convite porque prefería asistir al concierto que Lionel Hampton ofrecía en la sala de cine Carlos III, recital que, por cierto, había organizado Perico. Estamos hablando de ese reducto de la cultura, del refugio de la luz en mitad de la oscuridad, en que se convirtió Madrid en los años cincuenta, como un oasis en plena dictadura. Algo increíble, pero real. El Madrid que se bebió Ava Gardner, ese Madrid de Paco Rabal, Gloria De Haven o Lola Flores, ese Madrid que, por ejemplo, rescata Joaquín Carbonell en su novela"El Artista" (Voces del Mercado 2015) Es Madrid, son los años cincuenta y tenemos a Frank Sinatra asistiendo como público en el cine Carlos III a un concierto de jazz inolvidable ofrecido por Lionel Hampton. Y las palabras de Perico Vidal que recuerdan lo que ocurrió entonces parecen sacadas de un sueño. Sinatra, que se está divirtiendo como un niño, acepta la invitación de Hampton que le propone subir al escenario y acompañar con su voz una de sus canciones. Podría haberse detenido el mundo en Madrid, aquella noche. Frank Sinatra sube al escenario y canta"All of me" acompañado por Lionel Hampton y su orquesta. Después, a puerta cerrada y ya terminado el concierto, continuó la farra hasta las siete de la mañana, con una jam session que protagonizó Hampton con algunos de sus músicos. Sinatra estuvo bebiendo y bebiendo sin parar y hablando de jazz con todos los músicos. Al día siguiente, según Vidal, fue muy complicado hacerle volver al rodaje. Recordemos que Lionel Hampton participará en el LP "L.A. is my lady" de Frank Sinatra, ya en 1984.

Lionel Hampton y Frank Sinatra en los ochenta
La noche del visón blanco

Frank Sinatra y Ava Gardner en 1956. Precisamente Ava luce el visón blanco protagonista accidental de esta historia

Como bien es por todos conocido, la relación Ava/Frank fue una tormenta, un Guadiana que se esconde para volver a aparecer y volverse a ocultar pero nunca deja de estar presente, aunque sea desde retaguardia. Esto ocurrió también durante el rodaje de "Orgullo y pasión". El capítulo que cuenta Perico Vidal es, probablemente, el más transformado y mitificado a lo largo de la leyenda Sinatra. En ocasiones es confundido con otra anécdota en la que el cantante simuló un suicidio por teléfono. Algo que fue real, pero que ni siquiera sucedió en EspañaPero, volviendo a los ríos, cuando el Guadiana suena, agua lleva. Y está claro que en Madrid ocurrió una historia de reconciliación entre la sempiterna pareja, una historia tan romántica que parecía extraída de una de las películas que habitualmente rodaban. La contaremos, según Perico Vidal. Si Perico cambió en algún punto los acontecimientos o fueron adornados por las trampas que nos tiende habitualmente la memoria o, por el contrario, dijo la verdad, es un secreto que se llevó a la tumba. Concluye Marcos Ordóñez en su libro "Big Time:..."que los hechos son reales. Desde este espacio creemos que Ava Gardner y Frank Sinatra, eran presas de una personalidad tan arrolladora y pasional, que confiamos ciegamente en el relato de Perico Vidal. Sinatra despidió de manera rápida a la acompañante virtual que se había buscado para los primeros días en España, Peggy Connelly. Ya avanzado el rodaje, Sinatra residía en El Escorial por indicación de los productores y director de la película. Perico estaba con él. Los hechos se desarrollan una noche en la que Frank está bastante melancólico y gasta su tiempo en el bar del hotel, bebiendo junto a su nuevo amigo español. En el bar todavía resisten los últimos parroquianos, cuatro o cinco insumisos bebedores. En un momento de la madrugada, Frank divisa un piano que hay al fondo de la sala y se sienta, comenzando a tocar unas canciones tristes, saloon songs, como acostumbraba a decir en sus conciertos. Frank levanta la vista del piano para, acto seguido, clavarla en un teléfono. "Pedro, tráeme ese teléfono"-dirigiéndose a Perico-. Efectúa una llamada, conferencia con Madrid. Alguien descuelga el aparato al otro lado. "Hey, honey"susurra Frank. Acto seguido comienza a cantar. Muy suave. Como si hiciera el amor con el teléfono. Según Perico, son dos horas ininterrumpidas de canciones tristes y baladas de amor telefónico. Los últimos resistidores de la noche van abandonando el bar y Perico está embobado viendo ese improvisado concierto en directo, junto al periodista Enrique Herreros. A las dos horas de "serenata telefónica" aparece Ava Gardner en el bar del hotel, como extraída de un sueño, envuelta en un abrigo de visón blanco. Se intuye que bajo el visón no lleva nada más. Frank seguía cantando al teléfono. Ava lo abraza y acto seguido, suben las escaleras, hacia la habitación. "¿Es esto una película o está ocurriendo de verdad?" dijo Enrique Herreros. La reconciliación, aunque intensa, fue breve. 


Con Sinatra en Estados Unidos:

Tras el rodaje de"Orgullo y pasión" la amistad fraguada en España tuvo continuidad. Frank Sinatra invitó a Perico Vidal a su casa de Los Ángeles. "No te preocupes por el dinero" -dijo el cantante-. Un día, al llegar a su casa después del trabajo (era asistente en la película "Action of the Tiger") encontró un telegrama de Sinatra. El cantante adjuntaba un billete para Los Ángeles y una disculpa: tardarían algo en verse pues estaba rodando exteriores para la película "Some came Rinning" ("Como un torrente"). Vidal voló a Los Ángeles y pasó los primero días en casa de Joe Castro y Doris Duke, dos buenos amigos. A los tres días llamó Sinatra para confirmar que tenía unos días libres. El siguiente recuerdo que rescata Perico en "Big Time:..."es un viaje a Las Vegas con Frank Sinatra y Jimmy Van Heusen, uno de los grandes compositores del repertorio de Frank y también, uno de sus amigos más cercanos. Chet (así le llamaba Frank) estuvo en los momentos más bajos del cantante. Perico viajó en el avión privado de Sinatra y al pequeño terceto se sumaron, muy pronto, Jack Benny, Joey Bishop y Johnny Grant. En Las Vegas, Vidal quedó deslumbrado por el Sands y en esta parte del relato, ya presenta a Sinatra como un auténtico jefe que, incluso, se permitía el lujo de asegurar la compañía femenina para todos sus amigos, todas las noches. Le bastaba con chasquear los dedos. Y no hablamos de prostitución. Imaginamos que Las Vegas, en aquella época, parecía inventada para Sinatra y él estaba en su salsa. En otra de sus salidas por Las VegasFrancis le presentó al encargado del Sands, Jack Entratter quien, al momento, contó toda su trayectoria a Perico. Tal confianza y tal complicidad, solo es explicable entendiendo que el dinámico asistente de cámara había llegado a Las Vegas como el amigo de Sinatra. Y no cualquier amigo. "Este es mi amigo Pedro, el hombre que me salvó la vida en España", fue la presentación que hizo de Perico Vidal a Jack Entratter. Más que días fueron noches interminables las que narra Perico, disfrutando con Sinatra en el Sands y de paso, compartiendo mesa con Louis Armstrong, Louis Prima, Rex Stewart o Kelly Smith.  La camaradería que describe con Sinatra y la complicidad que se extrae del relato de Perico transmite la sensación de que, realmente, llegó con el cantante a un gran nivel de amistad, aunque fuera en pocos días. Tal amistad creció de manera exponencial cuando Vidal se negó a traicionar al cantante cuando un periodista sensacionalista le ofreció una cuantiosa suma de dinero por rajar sobre su vida privada. Cuando Perico se lo contó a Sinatra, este montó en cólera pero, al día siguiente, quiso presentarle a  toda su familia.

Frank Sinatra y Jack Entratter. Al fondo, las coristas del salón Copa del Sands.
Frank Sinatra, Jimmy Van Heusen y Peter Lawford
La familia

Tras el suceso con el periodista, Perico Vidal se encuentra cenando en casa de los Sinatra. Perico describe un hogar lleno de amor y aunque Nancy Barbatto y Frank llevaban años divorciados, los más importantes en aquel hogar eran los niños y eso se notaba. Realmente, sus palabra transmiten cariño entre Nancy y Frank. Cenaron algo italiano, spaguetti con albóndigas y contaron historias que pudieran escuchar los niños. Después de la cena y en el viaje de vuelta, Sinatra todavía se abrió más a Perico e incluso le habló de sus padres, de su infancia y de sus problemas. El cantante también le habló de sus fatídicos años (1951-1952) hasta su resurgir en"De aquí a la eternidad". Es interesante la explicación de Perico sobre este regreso, sobretodo, en lo que concierne a los comienzos de la etapa Capitol. Sinatra le confesó los ejercicios que realizaba para ensanchar los pulmones, que consistían en atravesar bajo el agua la piscina de su casa recitando de memoria las letras de las canciones para medir el tiempo y saber cuánto podía aguantar sin respirar. También salía a correr todas las mañanas. Lo único que no hizo fue dejar de fumar sus Camel cortos sin filtro ni dejar de beber Jack Daniel's. Pero aún así, consiguió ser el mejor. Su mayor influencia era Billie Holiday, a quien escuchaba constantemente. Según Perico, él quería cantar como BillieVidal estuvo presente en sesiones de grabación de Capitol. Por la época, creemos que asistiría a las sesiones de "Songs for Swingin' lovers"porque Perico recuerda en el estudio a Nelson Riddle como arreglista. Y destaca la profesionalidad de Frank que daba más indicaciones a los músicos que el propio Riddle. Sin embargo, Vidal reconoce que prefiere los discos con Billy May

Frank Sinatra en el estudio (1956)
Para terminar sus vivencias junto a Sinatra, Perico recuerda una última cena en San Francisco con un senador demócrata anónimo (para él) que años después sería presidente de Estados Unidos. Efectivamente, era JFK.  Y por último una medalla que, de ser real, sería necesario erigir una estatua al bueno de Perico Vidal. En Madrid, durante el rodaje de "Orgullo y Pasión", Perico invitó a Frank a su casa, a escuchar discos de jazz. Pusieron un LP de Count Basie y Perico exclamó: "Frank, este es tu hombre". Años más tarde, grabarían dos discos memorables y sería el músico que acompañaría , con su banda, a Frank en los míticos conciertos de Las Vegas. Aunque bien es cierto, que Sinatra conocía ya hacía tiempo a Basie.

En la fotografía aparece Frank Sinatra junto a Tommy Dorsey, mientras al piano se sienta Count Basie. Es la década de los cuarenta.
Desde este espacio invitamos a conocer la azarosa y gran vida de Perico Vidal a través del más que recomendable libro escrito por Marcos Ordóñez que también nos ha ayudado a comprender y a conocer, en algunas facetas, mucho mejor a nuestro viejo amigo Frank Sinatra. La tendencia a través del tiempo es idealizar los recuerdos. Imagino que, cuando estos recuerdos son junto a estrellas del calibre de Frank Sinatra, Orson Welles o David Lean, como es el caso de Perico, intenta prevalecer el rigor informativo. Sea como fuere, el relato de Perico Vidal en "Big Time: la gran vida de Perico Vidal"y la manera en que Marcos Ordóñez lo traslada al lector, es absolutamente creíble. Creo que Vidal se ciñó rigurosamente a la realidad en todos los relatos. Quizá, desde nuestra actualidad, nos cuesta comprender que esas vidas, esos personajes, pudieran ser auténticos. Eran estrellas brillantes y actuaban como tales y consecuentemente con su manera de ser y de comprender la vida. Estrellas incomparables con cualquier actualidad del siglo XXI, por supuesto. Estrellas irrepetibles que, poco a poco, han ido apagándose, grabando a fuego para siempre su recuerdo, en la galaxia de lo imborrable, como estrellas errantes que marcan el camino a seguir. Ya casi no queda nadie, es cierto. Por eso resulta necesario mantener vivo su recuerdo y rastrear hoy sus historias, en los metros del celuloide que ya no arde o en los surcos del vinilo gastado donde, una y otra vez, resurge la auténtica voz de Sinatra, meciendo el tempo de la existencia. 

Ava Gardner creó su propio cuartel general en su casa de La Moraleja (Madrid)."La Bruja" se llamaba su casa.
Perico Vidal y Orson Welles
Curiosa película con imagen de Frank Sinatra en un concierto del Sands (circa 1960)


Bing Crosby -vs- Frank Sinatra: el último asalto (Parte I)

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A mediados de los cincuenta, Bing Crosby y Frank Sinatra se invitaban mutuamente en sus respectivos programas y no dejaban de colaborar juntos.

"Frank Sinatra es el tipo de cantante que solo aparece una vez en la vida. Pero, ¿por qué tuvo que aparecer en la mía?
(Bing Crosby)

No es que Frank Sinatra quisiera ser Bing Crosby. No se puede decir que Crosby fuera el mentor de Sinatra. En primer lugar, resulta necesario ubicar históricamente a los dos cantantes pues, aunque coetáneos, doce años de diferencia entre ambos, fueron trascendentales. Mientras Bing Crosby nacía en el seno de una familia británico-irlandesa como Harry Lillis Crosby en Tacoma, el año 1903, Francis Albert lo hacía como italoamericano, en Hoboken, el año 1915 En aquella época doce años, si tenemos en cuenta los constantes avances tecnológicos, es mucho tiempo, también en lo que se refiere a la historia musical de Estados Unidos. Para hacernos una idea, cuando Frank Sinatra tenía tan solo dos años, Bing Crosby ya estaba trabajando en el Auditorium de Spokane (Washington) donde descubrió a Al Jolson, algo que impactó al futuro cantante de tal manera que, según aseguraría posteriormente, "Para mí, él fue el mejor artista que ha existido". Digamos que Jonson fue para Crosby lo que después Crosby fue para Sinatra: el descubrimiento de la vida que envidiaba.

Años después, Bing Crosby y Al Jolson
Década de los cuarenta: Frank Sinatra y Al Jolson (fotografía coloreada)
Década de los cuarenta: Frank Sinatra y Bing Crosby
La carrera musical de Bing Crosby comenzó mediada la década de los veinte y lo hizo, inesperadamente, como batería. Decidió dejar sus estudios de Derecho y trabajar en el grupo musical Musicaladers  para, ya en 1925, trasladarse a Los Ángeles y formar un exitoso dúo, ya como vocalista, junto a Al Rinker. En 1926, Bing Crosby grabaría su primera canción en un estudio de grabación. "I've got the girl", junto a su compañero Rinker. Un pequeño Frank Sinatra, de once años, escuchó por primera vez la voz de Bing Crosby. Fichado por la orquesta de Paul Whiteman, Bing entró en contacto con músicos de la talla de Bix Beiderbecke, los hermanos Dorsey o el gran compositor y simpático actor Hoagy Carmichael y formó un trío llamado The Rhythm Boys junto a Rinker y el pianista Harry Barris. Crosby pronto destacó de entre todos ellos y ya en 1928 alcanzó el número 1 de las listas de ventas con la canción "Ol' man river" procedente del musical "Show boat". A inicios de 1931 Crosby firmó su primer contrato en solitario y su primer contrato cinematográfico con Mack Sennett. Había nacido una estrella.

Bing Crosby al comienzo de una carrera meteórica
Aunque nunca fue un gran actor, Bing Crosby irrumpió en la escena hollywoodiense de su época como galán/cantante en numerosas películas. Entre ekkas abundaban las comedias y podía asumir el papel de jugador, caradura, músico de barrio e incluso de sacerdote...pero en todas ellas, acababa siendo un galán. Míticas fueron, posteriormente, sus comedias junto a Bob Hope, las conocidas como "los caminos"."Camino a Bali" , "Camino a Marruecos"...

En la década de los treinta un Frank Sinatra melómano y adolescente fue testigo de la explosión mediática de un fenómeno llamado Bing Crosby. En aquella época, en Estados Unidos, era imposible amar la música y no amar a Bing Crosby. A este estallido del mito popular hay que sumarle la irrupción en el mundo de la música del micrófono, no solo como elemento de grabación en los estudios sino fundamentalmente, como herramienta de auxilio para los cantantes en directo. Y Crosby le sacó partido mejor que nadie. Con Crosby y el micrófono nació el fenómeno "crooner" ("susurrante") La época de Al Jolson o Enrico Carusso , que cantaban sin amplificación ni micrófonos en sus recitales, había tocado a su fin. Frente a Rudy Valleé Eddie Cantor, Bing Crosby arrasó utilizando los nuevos métodos electrónicos como nadie. Bing susurraba. Su interpretación era suave, casi melosa, consolidando un estilo más elegante y menos rudo que las portentosas voces de sus ídolos de juventud, una manera de cantar que, sin embargo, no fue muy longeva y pronto pasó de moda. Desde una perspectiva actual, ese primer Crosby suena muy arcaico mientras que por el estilo de Sinatra no pasa el tiempo. Aún así, esta técnica fue clave para su éxito pues, aunque llegó a ser un gran cantante, el rango vocal de Bing Crosby era más limitado que algunos de sus coetáneos y desde luego, mucho más limitado que el que, posteriormente, establecería Frank Sinatra que, como veremos, rebasó el fenómeno"crooner"convirtiéndolo en otro sonido, en otra técnica completamente nueva que incorporó el bel canto italiano a la música popular norteamericana. Aún así Bing ganaría un concurso radiofónico de barítonos frente a Russ Columbo. Pero volvamos a la década de los treinta y al despegue de Bing Crosby. Además de la utilización del micrófono también fue clave su éxito cinematográfico. Dos títulos:"The big broadcast" (1932) y"Pennies from heaven" (1936). Estas dos películas musicales le catapultaron a una fama mundial sin precedentes en el mundo de la música. En concreto, "Pennies from heaven" (dirigida por Norma Z. McLeod) facilitó que Bing Crosby conociera y compartiera pantalla con uno de sus grandes ídolos de juventud y a partir de entonces,  amigo e inseparable colaborador a lo largo de toda su carrera: Louis Armstrong. Así sonaba "Pennies  from heaven" aquel 1936 en voz de Crosby:

Recordemos que en esta época, Frank Sinatra ya había debutado, aunque de manera amateur, en el mundo de la música y formaba parte del cuarteto The Hoboken four desde los veinte años. Lógico y comprensible, entonces, que Crosby represente para Sinatra un modelo a seguir. Según parece, en 1935 Sinatra se coló en el backstage de un concierto que Bing Crosby ofreció en el Newark club con la intención de saludarle y estuvo un tiempo hablando con él. Este fue el primer encuentro entre los dos artistas, Frank todavía como aficionado. La leyenda cuenta que Frank pronunció estas palabras a su novia Nancy Barbatto, durante el concierto: "Quiero ser como él". Rumores aparte, estoy seguro que, más que su manera de cantar o su voz, Frank Sinatra anhelaba entonces el nivel de vida y la fama que Crosby ostentaba. Teniendo en cuenta que, todo ello, lo había alcanzado a través de la música, a través del canto, condición en la que Frank, ya entonces, se sabía insuperable, resulta fácil afirmar que, en realidad, el italoamericano "quería vivir la vida de Bing". Quizá por ello, apresuró su trayectoria musical y la dirigió a la inevitable carrera en solitario, dejando plantados a los "Hoboken four" en cuanto tuvo ocasión y eso sí, adoptando ciertas costumbres que, en realidad, eran un copia y pega de Bing Crosby como, por ejemplo, el hábito de fumar en pipa.
Foto casera de Frank fumando en pipa (década de los 30)
Bing Crosby popularizó el tabaco en pipa. De hecho la marca de pipas Mastercraft y la marca de tabaco Cremo ayudaron económicamente a impulsar su carrera

En 1939 Frank debuta con la orquesta de Harry James y para entonces, Bing Crosby es una estrella mundial, tanto cinematográfica como radiofónica y sus canciones son las más populares del momento. Concretamente, ese mismo año, rueda tres películas. Su carrera sube como la espuma y durante la Segunda Guerra Mundial participa muy activamente con actuaciones para los soldados en Europa y transmisiones dirigidas a las tropas ganándose el apodo de "der Bingle". Al finalizar la contienda, es nombrado el personaje popular que más ha contribuido a levantar la moral de los soldados. Es la época en que Bing Crosby cosecha el gran éxito de su carrera con su famosa versión de "White Christmas", interpretada en su propio programa radiofónico en 1941  y posteriormente, grabada para la película "Holiday Inn" (1942) Este tema se convierte en la canción más vendida de la historia de la música. Definitivamente, la década de los 40, cuando Frank Sinatra ficha por la orquesta de Tommy Dorsey, es la década de consolidación de Bing Crosby, ya toda una institución en Estados Unidos. En los años cuarenta comienza la serie de "los caminos", comedias que cosechan un gran éxito, con Bob Hope como co-protagonista y también es la década de las fructíferas colaboraciones junto a Louis Arstrong o The Andrews Sisters. En resumen, Bing Crosby está en todas partes. Pero Frank Sinatra, desde la orquesta de Tommy Dorsey, viene empujando con mucha fuerza y un pequeño secreto en su voz que cambiará la historia de la música.

Tommy Dorsey y Frank Sinatra. Vemos aquí al joven Frank con gorra de marinero, otro de los complementos que solía lucir Bing Crosby
Bing Crosby y The Andrews Sisters junto al compositor Irving Berlin
Frank Sinatra rodeado por las hermanas Andrews
Mientras Frank Sinatra apostaba ya en la orquesta de Tommy Dorsey por un timbre de voz más alto y potente que el clásico susurro crooner, un Crosby que ya afrontaba la madurez terminaba por reafirmar su estilo abandonando definitivamente las escalas vocales más altas y sacando partido a las notas más bajas, donde realmente se sentía cómodo y donde nunca tendría comparación. Sus más que fructíferas colaboraciones con las Andrews Sisters o con Louis Armstrong, mostraron una cara desconocida hasta el momento de Bing Crosby: su facilidad para los duetos. Era más que "facilidad". Era una habilidad que parecía innata. Improvisaba con toda naturalidad y se movía como pez en el agua, con una experiencia que aseguraba el éxito. Algunas grabaciones junto a las Andrews realmente son memorables y forman parte de la mejor historia musical del siglo XX. Valga esta muestra: "Don't fence me in"

A este tema podríamos añadir "Pistol packin' Mama", "Ac-cen-tu-ate the positive" o toda la colección de canciones de navidad que grabaron juntos porque, realmente, no tienen desperdicio. Entre tanto Frank Sinatra estaba estrenando una nueva manera de cantar, abandonando poco a poco el lastre crooner. Su voz arrastraba, como si fuera de manera innata, características del bel canto de su Italia materna que otorgaban una pasión y expresividad en su interpretación claves para su rápido éxito. Podemos apreciar este cambio ya en la temprana "Blue skies" de 1941: 
El fulgurante éxito de aquella nueva voz italoamericana hizo temblar los cimientos sobre los que se asentaba la hegemonía musical popular de Crosby. El primer encuentro musical entre ambas estrellas no tardó en producirse y la carrera en solitario de Frank Sinatra tampoco tardó en comenzar.


En siguientes entradas seguiremos repasando la realción profesional entre Bing Crosby y Frank Sinatra, comparando y diferenciando sus estilos. Próxima parada: década de los 50

Sinatra by Dylan

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Bob Dylan y Frank Sinatra se conocieron en la década de los noventa.

Valiente, elegante, de un gusto exquisito y tan decadente como los tiempos que vivimos en la actualidad; Bob Dylan, con su insólito tributo a Frank Sinatra, parece dotar de banda sonora a la profunda crisis de valores, la profunda crisis moral y cultural que actualmente vive la humanidad. Por ello, conscientemente, Dylan elige, del repertorio más desconocido de Sinatra, las baladas más desesperadas, las horas más bajas, el momento de profunda nostalgia, blues y vapor de tren incierto. Con un criterio sensacional, escoge una colección de "penurias" y las traslada, del derroche vocal de Sinatra a su exigua voz que, sin embargo, se acomoda a la perfección en bellezas de la talla de "I'm a fool to want you" o "Why try to change me now?" hasta conseguir que críticos musicales como Neil McCormick afirme que se trata de la mejor voz de Dylan en 25 años. Alejándose de lo común, el autor de inmortales canciones como Like a rolling stone, acierta de pleno con este personalísimo homenaje a la voz del siglo XX y además, lo hace por partida triple. En 2015, coincidiendo con el centenario del nacimiento de Sinatra, publica el magnifico Shadows in the night, en 2016 Fallen angels  y dos años más tarde, emulando al viejo de ojos azules con su álbum "Trilogy"(1980), publica un triple CD titulado "Triplicate" (2017). El perfume de la desolación y de la pérdida, el abandono y la soledad que campaban a sus anchas en las canciones de Sinatra vuelven a estar presentes en estas "desversiones" del cantautor, como él mismo las bautiza. En rueda de prensa ofrecida con motivo del lanzamiento de"Shadows in the night", Bob Dylan, consciente del estado de su voz, afirma lo siguiente:  "No me veo versionando estas canciones de ninguna manera. Han sido suficientemente versionadas. Lo que yo y mi banda estamos haciendo básicamente es desversionarlas. Llevándolas fuera de la tumba y atrayéndolas a la luz del día" . Atrayéndolas fuera de sus tumbas, a la luz del día y a la luz de los tiempos modernos, podríamos añadir; unos tiempos que las miran con perplejidad y asombro, unos tiempos que  saben muy poco de música en comparación con aquellas décadas doradas en las que se compusieron los temas que ahora interpreta Dylan. Y estas desversiones son aciertos impecables. Porque los arreglos, obra del propio cantautor, adaptando los de Sinatra para una banda reducida de cinco músicos como máximo, son tan hábiles que consiguen condensar la atmósfera que Nelson Riddle (por poner un ejemplo) inventó en las versiones clásicas, trasladarlas a un nuevo sonido, al pedal steel guitar y a otros instrumentos que, si bien conservan la forma y la melodía de las originales, efectúan un leve viraje hacia el country, pero un country jazzístico, conservando el intimismo de las versiones de Sinatra. 
Bob Dylan en la gira de Shadows in the night
Bob Dylan y Frank Sinatra en 1995


Frank Sinatra estaría orgulloso de ver cómo Bob Dylan ha tratado esas viejas canciones. Porque Dylan, adaptándose a ese Sinatra, sigue siendo auténtico. Y esto es principal y fundamental. Igual que lo es, su humildad. Dylan sabe que no puede llegar nunca a "La Voz" y que las versiones  de este permanecerán intactas, siempre, como las mejores. Pero ofrece su versión, su acercamiento, más como un divertimento personal y como un homenaje que como un reto. De nuevo volvemos a sus palabras: "Cuando empiezas a hacer estas canciones Frank tiene que estar en tu mente. Porque él es la montaña. Es la montaña que tienes que escalar, incluso si solo consigues hacer parte del camino". Pero es que la montaña que se propone Dylan es altísima. Porque se trata del mejor Frank y por ello, el empeño del cantautor es más meritorio. En el primer álbum, Shadows in the night, Bob  graba éxitos que Sinatra cosechó en la década de los cuarenta ("Full moon and empty arms", "That lucky old sun", "What'll I do", "Some enchanted evening", "Why try to change me now" y "Stay with me") y se atreve con verdaderas joyas que se sitúan entre las mejores grabaciones del cantante italoamericano, algunas de las delicias grabadas con Capitol Records: "Where are you?", "I'm a fool to want you", "Autumn leaves" o"The night we called it a day". Pero es que, además, Dylan graba en el mismo estudio Capitol que utilizó Sinatra. Y antes de cada toma, escucha dos o tres veces las originales de Frank, no para imitarlo sino para interiorizar lo que él le está contando, lo que él transmite. De nuevo volvemos a las palabras de Dylan que, hablando sobre Frank Sinatra, dice: "Él tenía esa habilidad de meterse en la canción, en una especie de manera coloquial. Frank cantaba para ti, no  a ti". Vemos que el cantautor de Duluth (Minnesota) lo tiene claro. Y parece ser que tuvo en mente grabar este disco desde que, en 1970, escuchara el LP Stardust de Willie Nelson. Como resultado, Shadows in the night suena todo lo bien que puede sonar Dylan en este ambiente. Suena a decadencia, desde tiempos sombríos volviendo la vista atrás hacia unos días brillantes; suena a derrota, a soledad inmensa, a hastío. Suena deliciosamente ronco. The night we called it a day
Era esperable que, después de este primer y delicioso intento, en 2016 y 2017 vieran la luz sendas extensiones del mismo experimento con el citado "Fallen angels" y "Triplicate", un álbum triple que, en forma y título, ya son un descarado guiño a Frank Sinatra y su "Trilogy", disco triple e innovador que publicara el cantante homenajeado, en 1980. En Fallen angels, a decir verdad, hay un tema que nunca grabó Sinatra pero su inclusión es otro acierto. Se trata de Skylark, del que tenemos muy presente, por ejemplo, la versión de Ella Fitzgerald. El resto del repertorio, en este álbum publicado en 2016, repasa éxitos que Sinatra cosechó en los cincuenta e incluso, en los sesenta. Grabó Dylan, además, "All the way" y "Young at heart" dos buques insignias del italoamericano, prácticamente compuestas para él. De aquellas brillantes baladas de Capitol recupera "Nevertheless" y "Maybe you'll be there". Aborda clásicos como "Come rain or come shine", "That old black magic" o "It had to be you" e incluso se permite un "All or nothing at all" a ritmo de swing, eso sí, un swing íntimo. 
Bob Dylan en 2017

La continuidad la marca un gran disco, el triple"Triplicate" en el presente año, dividido en tres fragmentos. El primer fragmento, se titula "'Till the sun goes down" y comienza con un desenfadado swing, el maravilloso "I Guess I'll have to change my plan" que Sinatra inmortalizó en el extraordinario álbum "A swinging affair!" (1957). Es el único swing de este primer disco de la insólita trilogía, exceptuando la alegre "Trade wings". Se completa con canciones otoñales como "Stormy weather" (brillante versión), "September of my years", "Once upon a time", "It gets lonely early", "That old feeling" o "My one and only love". El segundo disco, titulado divertidamente "Devil dolls", contiene la inmortal "As time goes by". Es todo un regalo escuchar a Dylan interpretando el tema principal de "Casablanca". Este segundo bloque tiene un marcado sonido a "canciones para perdedores", incluyendo temas como "P.S. I love you", "But beautiful", "How deep is the ocean", "Here's that rainy day", "Where is the one" y "There's a flaw in my flew". Pero no renuncia al swing y ofrece sus versiones de "The best is yet to come",  "Imagination" y "Braggin`". El tercer y último disco de este "Triplicate" comienza con una explosiva "Day in, day out". Pero donde más brilla Dylan es en las "songs for losers". Seguramente, por ello, las baladas son mucho más numerosas y convierten este disco en imprescindible. En este aspecto de nuevo íntimo ofrece "I couldn't sleep a wink last night", "Sentimental journey", "Somewhere along the way", "When the world was young", "These foolish things", "You go to my head", "It's funny to everyone but me"y "Why was I born?". Mención especial merece una deliciosa versión del clásico "Stardust" que nos lleva a la intemporalidad de los grandes temas a la vez que nos permite viajar a los años treinta. De nuevo hay que resaltar el buen gusto de Bob Dylan al seleccionar del repertorio de Sinatra aquellas canciones menos conocidas pero inmensamente bellas. Este savoir-faire proporciona el éxito a los tres discos que hoy hemos reseñado. Si tuviera que elegir uno de ellos y a pesar de que "Shadows in the night" es realmente espléndido, yo me quedaría con "Triplicate". La razón es muy sencilla: hay muchas más canciones que en el resto. Pero el gran acierto de estos tres discos, de este gran homenaje a Frank Sinatra, es que Bob Dylan conserva el mismo tono en los tres trabajos, como si todos formaran parte, como en realidad es, de un todo inseparable. Es por ello que tanto Shadows in the night como Fallen angels como Triplicate, se deben saborear y paladear, poco a poco, como si se tratara de un solo LP. Solo así alcanzaremos a valorar, como sin duda merece, el magnífico y estrepitoso homenaje que Bob Dylan ha rendido a Frank Sinatra que, como ha demostrado, es uno de sus músicos de cabecera sino el mayor. Aunque este sea el blog de Sinatra, hoy me resistiré a poner una canción suya. Porque no estamos aquí para comparar las versiones de Dylan con las originales. Evidentemente, no son comparables. Pero estamos aquí para reconocer un gran trabajo, una obra de arte. Un brillante tributo. El que Bob Dylan ha rendido a Frank Sinatra. Sus viejas canciones suenan hoy a través de la ajada voz del cantautor, lánguidamente; como solo podían sonar desde el vulgar siglo XXI. Un bravo y tres hurras por Bob Dylan. Solo él podía hacerlo. Nos despedimos con una canción del álbum "Triplicate": "Once upon a time"


Bing Crosby -vs- Frank Sinatra: el último asalto (Parte II)

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En 1956 Frank Sinatra y Bing Crosby comparten pantalla en"Alta sociedad"
Dinah Shore: "¿Sabes, Bing? Frank Sinatra es el tipo de cantante que solo aparece una vez en la vida.
Bing Crosby: Sí, Dinah. Pero, ¿por qué tuvo que aparecer en la mía?"


[Retomando la entrada anterior sobre la misma temática] Frank Sinatra se ha lanzado por fin a su carrera en solitario estableciendo un nuevo estilo musical que, si bien es deudor, en sus principios, del estilo "crooner" de Bing Crosby, las diferencia son suficientes y suficientemente claras para llamar a este nueva manera de cantar "estilo Sinatra". El fraseo comienza a ser una novedosa seña de identidad en el cantante italoamericano y una técnica que Crosby no tardará en incorporar a su estilo. Aunque la modernidad e intemporalidad de la voz de Sinatra nunca pudo ser alcanzada por la de Bing. En la anterior entrada habíamos dejado a Bing Crosby, a mediados de la década de los cuarenta, en su mejor momento, en la cima de su carrera, cosechando éxitos tanto musicales como cinematográficos y realizando memorables grabaciones junto a Louis Armstrong o The Andrews Sisters. Pero Sinatra llegaba con tanta fuerza desde las orquestas de Harry James y Tommy Dorsey que arrasará en su carrera en solitario y en esa segunda mitad de la década de los cuarenta terminará por desbancar a Crosby. Sin embargo, a pesar de que en la industria discográfica mantendrían una rivalidad sin cuartel, tanto Frank como Bing se llevaban francamente bien. Se admiraban mutuamente y participaban en colaboraciones juntos, siempre que podían. 

Segunda mitad de los años cuarenta: Crosby y Sinatra.
Pronto debió intuir Bing Crosby que contra el derroche tonal de Sinatra nada podía hacer. El amplio abanico de escalas del italoamericano nada tenía que ver con su limitado registro vocal. Aún así, Crosby mantuvo dignamente su puesto y durante la década de los cuarenta obtuvo una gran popularidad con su programa radiofónico donde, dicho sea de paso, registró algunas de sus mejores grabaciones. 

"Así se hace" parece decir Bing a Frank. Pronto se intercambiarían los papeles.
La década de los cincuenta fue la llegada del rock and roll pero también el fracaso, las horas bajas y el retorno fantástico de Sinatra a la escena cinematográfica y musical del momento. Tras la época aciaga que representaron los últimos años en el sello Columbia llega el mágico 1953: consigue el Oscar por From here to eternity, se produce la firma con el sello discográfico Capitol Records y en consecuencia, las mejores grabaciones de swing de la historia, las colaboraciones con Nelson Riddle, Billy May o Gordon Jenkins y las grandes baladas de blues. La década de los cincuenta también supone un primer declive en la carrera de Bing Crosby que, sin embargo, desprovisto ya de cualquier recuerdo o lastre del estilo "crooner" comienza a cantar como nunca, sobretodo, en sus versiones más cercanas al jazz junto a Louis Armstrong. Pero las ventas no acompañan. En el terreno cinematográfico, en 1954, Crosby culmina su mejor interpretación en la gran pantalla con su papel protagonista en The Country girl (Frank Elgin) compartiendo reparto con Grace Kelly y William Holden. Sin embargo y a pesar de este esfuerzo por demostrar que podía ser un buen intérprete, también, para películas no musicales, el interés de los estudios por contar con él va disminuyendo. Pero dos años más tarde, en 1956, se producirá un hecho sin precedentes. La película"High society" reúne en la gran pantalla a Bing Crosby, Louis Armstrong y Frank Sinatra, tres verdaderas bestias de la historia de la música del siglo XX. Por primera vez coinciden en una película Crosby y Sinatra. El público, ansioso por ver a las dos estrellas juntas, espera con entusiasmo el musical pues se ha filtrado la noticia de que, además, comparten en el repertorio musical un dueto, una escena conjunta.  Sin embargo, una vez visionada la cinta, el número de Frank y Bing que corresponde a la canción Well did you Evah pasa sin pena ni gloria. La banda sonora de la película será recordada, fundamentalmente, por el dúo que reúne a Louis Arsmtrong y Bing Crosby interpretando el fantástico Now you has jazz, la mejor versión de Crosby que muchos recordamos. Que destacara la colaboración Crosby-Satchmo y no la más esperada es natural pues Now you has jazz es infinitamente superior a Well did you Evah donde, además, Frank debe cantar simulando estar borracho, por necesidades del guión. Lo grotesco acontece cuando en el año 2001 el británico Robbie Williams decide hacer un refrito de Well did you Evah, incorporando la colaboración lastimosa de John Lovitz. Si en la película no era ya un gran número, desprovista del argumento, ajena completamente a la cinta, el resultado de esta versión es desastroso e irrisorio. Esperamos que nadie nunca vuelva a versionar este tema en la historia de la música. Para finalizar el comentario sobre la película que en España se llamó Alta sociedad destacar la balada You're sensational como la mejor interpretación de Sinatra en la cinta, escena que comparte, por cierto, con Grace Kelly. Y con Grace Kelly también compartiría una memorable escena Bing Crosby, cantando a dúo True love, canción que fue nominada al Oscar. Al año siguiente (1957) y ya en pleno apogeo de Sinatra en el sello Capitol, Bing Crosby invita a Sinatra a participar en su show televisivo. En esta época, tanto Bing como Frank, en público, no dejaban pasar ocasión sin simular, en tono de broma, una constante rivalidad entre los dos. Pero Crosby era consciente de que tal rivalidad no existía. No podía luchar contra aquel despliegue de Sinatra. Es en esta época cuando el cantante, durante un programa radiofónico, pronuncia la inolvidable respuesta a Dinah Shore que encabeza este post: "¿Sabes, Bing? Frank Sinatra es el tipo de cantante que solo aparece una vez en la vida", dice Dinah Shore. A lo que responde Bing: "Sí, Dinah. Pero, ¿por qué tuvo que aparecer en la mía?" El siguiente vídeo es la explicación visual de esta admiración que Bing comenzó a sentir por "el aprendiz que supera al maestro":  




A lo largo de los años cincuenta Bing Crosby mantuvo su nivel aunque fueron las generaciones más sentimentales las que se interesaban por sus grabaciones, aquellas que añoraban épocas pasadas. Sin embargo, Frank Sinatra, desde sus grabaciones en Capitol Records, parecía interesar a todo tipo de público, desde esas generaciones más maduras hasta los que compraban los nuevos discos de Elvis Presley. En la discográfica se hizo dueño y señor superando, incluso, al músico que hasta entonces la había representado, Nat King Cole. Sin duda, no hubo posteriormente en la carrera de Sinatra otra época comparable a esta, las grabaciones comprendidas entre los años 1953 y 1961, a excepción de los discos junto a Count Basie, mediados los sesenta. Cuando se refiere a la época Capitol de Sinatra, se suele decir que "Sinatra se hizo adulto igual que Estados Unidos"; lo cierto es que aquellas grabaciones suponen la mejor banda sonora para el país en aquellos momentos. A ritmo de ese swing adulto, llegamos a los nuevos aires de los sesenta. El mundo parece evolucionar a ritmo vertiginoso y Sinatra se convierte, como uno de los personajes más relevantes del momento, en un testigo muy activo que influirá directamente en el inmediato desarrollo socio-politico de Estados Unidos: 1960 :y la llegada de JFK

JKF y Sinatra

Un helipuerto para el Presidente


Sin premeditación ni intención previa, el presidente de Estados Unidos,John Fitzgerald Kennedy, se convertirá en motivo de ruptura entre Frank Sinatra y su amigo Peter Lawford en el año 1962 y hará que el cantante sienta una extraña envidia de Bing Croby aunque, ciertamente, pasajera.  En febrero de 1962 JFK planea una visita a la Costa Oeste entre los días 24 y 26. Frank Sinatra dio por hecho, a raíz de una breve conversación telefónica con la Casa Blanca, que su "amigo" JFK se alojaría en su casa de Palm Springs y para ello mandó construir dos casas adosadas a la suya para el servicio secreto, una reforma integral de la vivienda principal y hasta un helipuerto de cemento que nunca llegó a utilizar, pues no había solicitado ningún permiso para ello. Al mismo tiempo, la cruzada emprendida por Robert Kennedy contra el mundo del hampa culmina con un informe del Departamento de Justicia que afirma lo siguiente: "Sinatra ha tenido un larga y amplia relación con matones y mafioso que parece proseguir. Ocasionalmente la naturaleza del trabajo de Sinatra puede ponerle en contacto con personajes del hampa, pero eso no justifica su amistad y/o relación financiera con gente como Joe y Rocco Fischetti, primos de Al Capone; Paul Emilio D'Amato, John Formosa y Sam Giancana, todos los cuales figuran en nuestra lista de mafiosos. Ningún otro artista es nombrado con tanta frecuencia entre los mafiosos. La información que disponemos indica no solo que Sinatra está relacionado con los mafiosos, sino que suele mantenerse en contacto. Ello sugiera una posible coincidencia de intereses entre Sinatra y los mafiosos en Illinois, Indiana, Nueva Jersey, Florida y Nevada".  Sin querer, el Departamento de Justicia sitúa en el punto de mira la relación de Sinatra con Giancana , olvidando o pasando por alto que, precisamente es esa relación la que ayudó a que JFK ganara las elecciones. Y no solo esto. El 27 de febrero de 1962 agentes del FBI informaron a J. Edgar Hoover de las relaciones sexuales que el Presidente JFK había mantenido y seguía manteniendo con Judith Campbell Exner, amante de Sam Giancana. Atando cabos, Hoover advirtió que la actuación de Sinatra en este aspecto rozaba el proxenetismo, habiendo presentado a este insólito trío. Poco le importó a Hoover o al FBI que Sinatra actuara de la misma manera en referencia a la relación entre Marilyn Monroe y JFK. En tales circunstancias, ante los informes del FBI y del Departamento de Justicia, Bobby Kennedy ya tenía lo que buscaba: la cabeza de Sinatra. Cuando comentó a su hermano el contenido de los documentos aconsejó que, en lugar de alojarse en casa de Frank Sinatra, lo hiciera en la de Bing Crosby. Y el "mensajero del miedo" que eligió Robert Kennedy, en este caso, fue Peter Lawford. Lawford conocía bien a Sinatra y suponía que la reacción del cantante ante tal noticia sería devastadora. De hecho, ya le había retirado el saludo en una ocasión cuando, a partir de un titular malintencionado de prensa rosa, intuyó un lío entre él y su ex esposa Ava Gadner. Además, Frank ya andaba cabreado con Bobby por los informes del Departamento de Defensa y del FBI. Así que Peter Lawford explicó al cantante que el Presidente se alojaría en casa de Bing Crosby ya que ésta ofrecía mayores garantías de seguridad al situarse tras una montaña. Sinatra no podía creerlo. Tras aquella desorbitada reforma de la casa, JFK lo dejaba plantado...¡y por un republicano!. Lógicamente, él sabía que todo aquello de las razones de seguridad eran una patraña y que la auténtica razón era su relación con Sam Giancana. Aún así, echó de su casa y de su vida a Peter Lawford en aquel mismo instante y la relación con los Kennedy también quedó finiquitada. Después de todo, Sinatra pensó que tanto Lawford como los Kennedy eran unos traidores. Curiosamente, el incidente repercutió de manera positiva en la relación profesional entre Sinatra y Crosby. Peter Lawford fue desterrado del universo Sinatra. Ya no participaría en las dos siguiente producciones cinematográficas del Rat Pack y concretamente en Robin and the 7 Hoods, su lugar fue ocupado por Bing Crosby.
Año 1964 Frank Sinatra y Bing Crosby graban juntos para la banda sonora de Robin and the 7 hoods. En aquel mismo año también colaboraron para el LP America, I hear you singing. Más tarde, en 1968 Frank Sinatra invitó a Crosby  a participar en su álbum The Sinatra Christmas album donde comparten dos duetos. 

Trayectoria final de Bing Crosby

A partir de entonces, fue más habitual la colaboración profesional entre ambos. La admiración mutua persistió a lo largo de los años, así como la cordialidad en sus encuentros, siendo el "asunto JFK" un mera anécdota. La carrera cinematográfica de Crosby a partir de la década de los sesenta pasó a ser un hecho puramente circunstancial. De hecho, Robin and the 7 Hoods (1964) es la última producción  importante en la que participa. A partir de entonces aparece en algunas series y en dos largometrajes para televisión. En cuanto a su carrera musical, resulta necesario destacar el LP Bing &  Satchmo grabado en 1960 con arreglos de Billy May. En esta nueva colaboración junto a Louis Armstrong revive nuevamente el mejor Bing Crosby, con una insólita comunión entre jazz y dixie. Las grabaciones registradas por Crosby en los sesenta fueron impecables pero a nadie parecían interesar. Después de todo, Sinatra eclipsó el territorio del swing.

Bing & Satchmo (1960)

Para Sinatra la década de los sesenta representa la cima en su carrera discográfica creando su propio sello, Reprise donde llegarán las colaboraciones con Count Basie o Duke Ellington y los primeros experimentos con músicas de nuevos compositores como Antonio Carlos Jobim, Paul Anka, George Harrison, Don Costa, Paul Simon, Jacques Brel o Rod McKuen. También son los sesenta la década del imperio Sinatra en Las Vegas, de las fiestas salvajes con el Rat Pack y de sus incursiones en el cine negro, con las películas en las que encarna al detective Tony Rome. Una vieja magia negra tuvo Sinatra para reinventarse, adaptarse y mantenerse en la cima hasta el final de su carrera, mucho más longeva, por cierto, que la de Bing Crosby que murió en Alcobendas (Madrid) en 1977 a los 73 años, por un infarto de miocardio mientras practicaba su afición favorita, el golf.
Fotografía de Bing Crosby jugando en La Moraleja (Madrid) poco antes de su muerte

Pero es preciso tener en cuenta que el legado de Bing Crosby influye directamente en la evolución musical del siglo XX, en la evolución del cantante como solista. Tras su muerte, apareció un LP póstumo grabado, precisamente, en 1977 y titulado Seasons. Una auténtica delicia que, salvando las distancias, podría compararse al September of my years de Sinatra. Se publicó el LP como homenaje añadiendo en su contraportada frases y declaraciones de sus amigos tras su muerte. Esto es lo que dijo Frank Sinatra: "La muerte de Bing es algo que no puedo superar. Fue el padre de mi carrera, el ídolo de mi juventud y un afectuoso amigo en mi madurez. Su ocultación deja un profundo vacío en nuestra música y en las vidas de quienes lo conocimos y lo quisimos. Y esto es todo lo que puedo decir. Gracias a Dios tenemos sus películas y sus discos recordándonos su calidez y su talento para siempre". 

Para despedirnos y recordando la buena amistad que unió a Frank Sinatra y a Bing Crosby, huyendo de las rivalidades y los alojamientos presidenciales, recuperamos esta escena de Robin and the 7 Hoods donde también aparece Dean Martin, otro cantante que, por cierto, reconoce la honda influencia que sobre él ejerció Bing Crosby, sobretodo, en la manera de interpretar una balada (según dijo):


Rachmaninoff by Sinatra

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Frank Sinatra en 1943

El músico ruso Serguéi Rajmáninov, considerado uno de los compositores y pianistas más influyentes del siglo XX, murió el año 1943, en California (Estados Unidos) a los setenta años. Para el público estadounidense que comenzaba a interesarse por la música culta, Rachmaninoff (conocido así, entre el público anglosajón) fue uno de los músicos más populares. Como se ha dicho anteriormente, el interés de Sinatra por la música clásica comenzó en su juventud, escuchando en la radio, las transmisiones que se emitían desde el Radio City Music Hall de Nueva York. Entre sus clásicos favoritos se encontraba Rajmáninov y posteriormente, durante su extensa carrera musical, tuvo la suerte de poner voz a algunas de las composiciones del músico ruso.
Frank Sinatra y su esposa Nancy escuchando discos en el salón de su domicilio
Tras la muerte de Rajmáninov, su popularidad se acentuó y quizá por ello, el dúo compositor formado por Buddy Kaye y Ted Mossman, aprovechó la circunstancia para lanzar la canción Full moon and empty arms, basada en el tercer movimiento de su Concierto para piano Nº2, compuesto entre 1900 y 1901. Fue la canción más popular del dúo Kaye-Mossman, popularidad que debieron, principalmente, a Sinatra, quien grabó la versión más conocida en 1945 con Columbia Records. Canción que, por cierto, recuperó recientemente Bob Dylan para su Shadows in the night. Escuchamos la versión de Sinatra de 1945:


Pero el Concierto para piano Nº2 de Rajmáninov ha influido en más canciones. El tema I think of you se basa en el primer movimiento de este mismo concierto. Compuesta por Don Marcotte y Jack Elliot, Sinatra grabó I think of you en 1941 junto a la orquesta de Tommy Dorsey. Si bien, hay que esperar hasta 1957 para que, con el toque indispensable de Gordon Jenkins, I think of you adquiera su máxima dimensión y sea, finalmente, un merecedor tributo a la altura de Serguéi Rajmáninov. Hablo de la versión que Sinatra graba para el formidable Where are you? el 1 de mayo de 1957en una sesión memorable en los estudios de Capitol Records donde también firmaría ese mismo día temas como Maybe you'll be there, I'm a fool to want you y el que da título al disco, Where are you?.Este álbum es el primer trabajo que Sinatra graba en estéreo y el primero en Capitol sin Nelson Riddle. Escuchamos esta formidable I think of you:


La influencia de la obra Concierto Nº2 para piano de Rajmáninov es suficientemente notable en los dos temas que hemos escuchado, si bien la belleza, el romanticismo y la relevancia de los instrumentos de cuerda en I think of you acentúan este efecto. Creo que, si Rajmáninov tuviera que elegir una de las dos, sería esta. A continuación podemos escuchar el Concierto Nº2 para piano original de Serguéi Rajmáninov para advertir, en el movimiento primero, la influencia sobre I think of you y en el movimiento tercero, sobre Full moon and empty arms.


Frank Sinatra y el jazz en Aragón Radio (podcast)

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Frank Sinatra ensayando (años cincuenta)
En 1957 la Enciclopedia del Jazz editada en París reconocía a Frank Sinatra como uno de los pocos vocalistas de jazz, junto a Ella Fitzgerald o Billie Holiday. Unos posts atrás, recordábamos el fortuito encuentro en Madrid que terminaría con Frank Sinatra cantando "All of me" junto a Duke Ellington en el escenario del cine Carlos III en el año 1956. LA carrera musical de Frank Sinatra fue fundamentalmente jazz. Sin la presencia de Count Basie (y por extensión, de Quincy Jones) el "sonido Sinatra" no hubiera sido lo mismo. Sinatra no hubiera sido el mismo sin la profunda influencia que sobre él y sobre su manera de interpretar ejercerían cantantes como Billie Holiday, Ella Fitzgerald o incluso Louis Armstrong; o músicos como Tommy Dorsey, Harry James o Antonio Carlos Jobim. Como resultado, probablemente Sinatra ha sido y será para los restos, el mejor cantante de jazz de la historia.

Sinatra y el Nat King Cole trio, pasándolo bien.
El pasado viernes tuve la oportunidad de hablar sobre esta relación entre Frank Sinatra y el jazz en el programa Comnidad sonora de Aragón Radio, junto a Alberto Guardiola y Miguel Ángel Tapia. Para tal ocasión debía elegir tres canciones representativas del Sinatra más jazzístico y tras mucho pensar, fue inevitable recurrir a Count Basie. Mi elección fue "Nice work if you can get it"(1962, "Sinatra-Basie: an historic musical first"), "Hello Dolly" (1964, "It might as well be swing") y finalmente, "Mack the knife"(1984 "L.A. is my lady") Efectivamente, del LP "Sinatra-Basie..."podría haber elegido cualquier tema pues todo el disco es un legado imprescindible para la historia del jazz pero si elegí "Nice work if you can get it" fue por el desenfado que muestra Sinatra al cantar esta canción. Su ambición de juguetear con la letra y con la melodía, su hambre de improvisación y en definitiva, lo bien que se lo pasa cantándola, una diversión que se transmite inmediatamente al oyente. Fundamentalmente, elegí este tema por su sección final. En ella Sinatra realiza la máxima expresión del fraseo que tan famoso le hizo e imitando el acompañamiento del viento, une las dos estrofas del estribillo a una velocidad vertiginosa cantando "It's nice work/ifyoucangetitandyoucangetitifyoutry" y responde el viento. Es espectacular. Lo escuchamos aquí:



Si la segunda fue "Hello Dolly!"de nuevo junto a Count Basie, no solo es por el homenaje que representa a Louis Armstrong. Creo que es la canción más vertiginosa que grabó Sinatra, culminándola con un"oh, yeah" armstrongiano que seguro, haría sonreír al trompetista. Capítulo aparte merece la atómica y desbordante orquesta de Count Basie máxima expresión del más rabioso swing en esta ocasión. Y finalmente, "Mack the knife" una canción de cuya grabación nunca se sintió orgulloso Frank pero que a mi me parece una delicia. Quincy Jones actualiza el sonido de la orquesta de Basie de los sesenta y lo adapta a los ochenta. Además, en el estudio podemos encontrar a figuras del jazz como Lionel Hampton o George Benson. Vuele a ser este Sinatra desenfadado y juguetón que tanto nos entusiasma y aunque sabemos que la versión de Bobby Darin es insuperable, esta "Mack the knife" de Sinatra está entre las mejores versiones que se grabaron.

Pero el programa radiofónico Comunidad sonora también sirvió para hablar de la exposición "Frank Sinatra: la voz del siglo" que ahora podemos visitar en el Bar Riga de Alagón (Avda. Zargoza, 8) y que reanudará su itinerancia en el año 2018 cuando se cumplen veinte años de la muerte de Frank Sinatra. Esta exposición cuenta con nuevas obras como la aportación de la artista italiana Paola Lomuscio (Andria), autora del libro "Io e la mia matita" en el que muestra todas sus creaciones y se puede conseguir en Amazon. Precisamente, la contraportada del libro consiste en el retrato de Frank Sinatra que envió para la exposición.

La obra de Paola Lomuscio para la exposición "Frank Sinatra la voz del siglo"
A continuación escuchamos el programa completo. Es necesario aclarar que la versión que suena en el programa de Nice work if you can get it es la que Sinatra grabó en 1957 para  A swingin' affair, así que no se trata de la orquesta de Count Basie sino de la orquesta de Nelson Riddle. Aunque no era la elegida, también podemos relacionar esta versión anterior con el jazz, pues es uno de los mejores ejemplos del fraseo de Frank en un swing relajado. El resto de las canciones sí son las comentadas anteriormente.Espero que lo disfruten tanto como yo al participar en el programa. Agradezco a Alberto Gurdiola y a Miguel Ángel Tapia, la oportunidad de volver a hablar de Sinatra en la radio. Siempre es un placer. Enlace podcast: Aquí
Antes de comenzar el programa, entre Miguel Ángel Tapias y Alberto Guardiola

Terminamos con un vídeo muy curioso en el que Sinatra aborda "The best is yet to come" solo con acompañamiento de contrabajo, piano y guitarra. Destaca el papel, al piano, de Vinny Falcone.


Merry Sinatra/Martin Christmas

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Si bien es cierto que Bing Crosby cosechó grandes éxitos, primero con "White Christmas" y después, siguiendo la estela de aquel primer acierto, grabando infinidad de discos y canciones navideñas, clásicas y novedosas, que conseguían una buena repercusión, también lo es que Sinatra, aun grabando menos, consiguió por ejemplo registrar la mejor versión conocida del clásico "Have yourself a merry little Christmas", siempre con el permiso de Judy Garland, que estrenó este tema. Pero entonces, ¿qué hay de Dean Martin?. Pues lo que hay es muy bueno. El bueno de Dino se buscó un repertorio navideño propio y diferenciado de los otros dos cantantes comentados anteriormente. Dean registró la que, probablemente, es la mejor versión de "Rudolph the red nosed reindeer", grabó también una pícara "Baby it's cold outside" (revisada e imitada por todos los cantantes que la han grabado posteriormente) y por supuesto, nos ofreció el lado más entrañable y tristón de estas fechas con sus blues: "Blue Christmas" y "The Christmas blues". Por supuesto, también grabó su particular "White Christmas" en una versión estupenda y clásicos como "Jingle bells"(versión diferente e interesante), "Silenti night" o "Silver bells". Merece la pena escuchar las navideñas de Dino y tener en cuenta que, por ejemplo, Elvis Presley en sus Christmas songs le imitó descaradamente. No en vano, el propio Elvis reconocería su influencia, sobretodo, en las baladas. Y esto es sencillamente comprobable. Pero vamos a ver el genial "The Christms blues" por Dean Martin


Pero no se me olvida que este es el blog de Frank Sinatra. Existe un programa televisivo, que ya compartimos el año pasado en este blog, donde la familia Martin y la familia Sinatra celebran con canciones la Navidad. Es necesario hablar en este punto de "A Marshmallow world", canción compuesta en 1949 por Carl Sigman y Peter DeRose, que se convirtió en algo así como un himno para el show televisivo de Dean Martin. Pero es inevitable recordar también aquí a Bing Crosby, que estrenó y grabó este tema en 1950 y sonaba así. En cualquier caso, la canción en cuestión habla de la llegada del invierno y aunque no hace referencia explícita a la Navidad, en Estados Unidos siempre se ha considerado una Christmas song o como decimos en España, un villancico. La versión más divertida de esta canción la protagonizan a dúo Sinatra y Martin. En ella vemos cómo Sinatra parece tener problemas con sus calcetines, al comienzo de la canción, lo que hace reír a Dean. Posteriormente, Frank, con su habitual sentido del humor, llama a Dean "cabeza de calabaza", cambiando sensiblemente la letra y aludiendo al tono rojizo que siempre tenía en la cara su amigo. Al final a Dean se le traba la lengua y en lugar de cantar "how it goes" dice algo así como "how it was" lo que provoca la risa de Frank. Es un momento impagable y muy divertido con el que, desde este blog, queremos desear muy felices fiestas a todos. Marshmallow, Marshmallow!!!


Come fly with me: 60 años volando alto

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El álbum"Come fly with me" cumple sesenta años.


Aunque los norteamericanos no celebran el día de Reyes, lo cierto es que en 1958 el mejor regalo que recibieron para el 6 de enero, fue la publicación del álbum "Come fly with me", uno de los discos fundamentales del siglo XX, de la historia del jazz (particularmente del swing) y de la música popular. Hace ahora sesenta años. Aunque las sesiones de grabación se realizaron los días 1, 3, 8 de octubre de 1957 hubo que esperar al 6 de enero de 1958 para escuchar por primera vez un tema que entró directamente a formar parte de la banda sonora del siglo XX. Hablamos de la canción que da título al disco: "Come fly with me". Sammy Cahn y Jimmy Van Heusen construyeron esta mágica melodía, alarde de swing y fantasía, especialmente para Frank Sinatra y su "nuevo álbum de viajes", como era llamado antes de recibir el título definitivo. Sinatra grabó en estudio la canción el 8 de octubre de 1957 con un fabuloso arreglo de Billy May utilizando un fondo de violines que, desde el principio, hacen despegar la melodía en vuelo directo al swing. En ese despegue, también son relevantes las trompetas que parecen emular el motor de un avión al ponerse en marcha. La voz de Sinatra surge segura, desenfadada, alegre, dinámica y realiza la "tentadora invitación" sobre un fondo de saxofones que enfatizan, de nuevo, el ritmo de un swing incomparable. La canción nació siendo ya un éxito. Moderna, fresca, pegadiza, curiosamente, este es el primer trabajo de Frank Sinatra con Billy May. ¡Menudo comienzo!. En el tramo final de la canción es donde Sinatra ejecuta, improvisando, el mayor hallazgo de este tema. El chasquido de sus dedos acompaña su descarada voz ("angels cheer, 'cause we're together...") y llega finalmente a ese grito que ya es un clásico: "Pack up, let's fly away!" (¡Haz las maletas, vámonos volando de aquí!). Canción-encargo, pues la sociedad estadounidense todavía tenía miedo al avión como medio de transporte. El disco de Sinatra, también hizo despegar las ventas de billetes de avión para viajantes de ocio. Todos podemos fijarnos en la portada del disco, detenidamente. Tras el dibujo de Sinatra, vemos un avión donde se leen las siglas "TWA" ("Trans World Airlines"), algo que disgustó seriamente al cantante pues detestaba que la cubierta de su nuevo LP pudiera parecer un anuncio. El productor Voyle Gilmore continuó adelante con esta portada pues, al parecer, la compañía de aerolíneas norteamericanas había sufragado parte de los costes de la grabación o al menos, tenia intereses comunes con la compañía Capitol Records.
Frank Sinatra en un vuelo con la TWA
Ava Gardner y Frank Sinatra desciende de un viaje con la TWA

"Come fly with me" no solo es la primera colaboración entre Billy May y Frank Sinatra. También es el primer álbum con la compañía Capitol en que Sinatra combina las mejores canciones swing con las más lentas baladas. El disco sigue siendo conceptual, pues la temática abordada es "el viaje" pero el tono del LP es muy variado, desde el romanticismo de París hasta la fiesta de Brasil, pasando por el exotismo de Hawai, el brumoso recuerdo de Londres, el otoño en Nueva York o la aparente soledad de un viajante que busca a su amada en vano alrededor del mundo, "Around the world". El 8 de octubre, en la misma sesión de grabación de "Come fly with me", Sinatra también registró, las baladas "Around the world" y "Blue Hawaii" y las canciones a ritmo de swing "It's nice to go Trav'lin'" y "Brazil (Aquarela do Brasil)". Anteriormente, el 1 de octubre, había grabado "Isle of Capri", "Let's get away from it all" y la controvertida "On the road to Mandalay"; mientras que el 3 de octubre cantó cuatro baladas: "Moonlight in Vermont", "Autumn in New York", "London by night"y"April in Paris". Creo que esta versión de "Moonlight in Vermont" se encuentra entre las más bellas baladas del siglo XX. 

Esta publicidad del Sands de Las Vegas recuperaba la temática de la portada del disco. "Come fly with me" fue uno de los temas fijos con que Sinatra deleitaba al público de Las Vegas junto a la orquesta de Count Basie.
En algunos enlaces de internet se asegura que Nelson Riddle también participó en este álbum. Esto es completamente falso. Además, hay que señalar que en las mismas sesiones de grabación de este disco, Sinatra registró los temas "I love Paris", "Chicago (that toddlin' town)" y "South of the border", también junto a Billy May. Estas tres canciones se desecharon y no formaron parte del LP aunque sí fueron publicados como singles. Y otro asunto es la controversia anteriormente señalada con "On the road to Mandalay". Esta canción provocó un problema de estado en Gran Bretaña que desembocó en la censura del disco. El LP "Come fly with me" en Gran Bretaña apareció sin "On the road to Mandalay" canción que fue sustituida en la mayoría de los casos por "It happened in Monterey"del anterior álbum "Songs for swingin' lovers" de 1956, este tema sí, con arreglos de Nelson Riddle. Probablemente es esta la razón de la confusión por la que Riddle es incluido como arreglista del álbum "Come fly with me". En cuanto al problema de "On the road to Mandalay" en Gran Bretaña, dediqué una amplia entrada ya aquí. Hay que añadir que Frank Sinatra desempeñó un papel fundamental en el arreglo de esta canción. Después del verso "and the dawn comes up like thunder..." el percusionista Frank Flynn realiza un potente golpe de gong. Tras este gong, según el primer arreglo de Billy May, la canción debía continuar con el segundo verso. Es Sinatra el responsable de ese acertado corte que se efectúa en la versión final, después del gong, continuado por el contrabajo; todo un hallazgo que representa el mayor acierto de esta canción.


Sinatra reconoció que era tremendamente fácil trabajar con Billy May, una facilidad que el arreglista tildó de recíproca. May era un gran músico que había trabajado en la orquesta de Glenn Miller, en la década de los cuarenta. El descuido que insinuaba en su forma de vestir y actuar (bebía whiskey durante las grabaciones sin que ello influyera lo más mínimo en su ánimo) se transformaba en meticulosidad y efectividad a la hora de leer sus arreglos en las pulcras partituras que, de tan perfectas, parecían fotocopiadas. Las sesiones de grabación entre May y Sinatra eran muy divertidas. Se compenetraban a la perfección y la relación con los músicos era cercana y distendida, sin ese distancia que imponían, por ejemplo, músicos como Nelson Riddle o Axel Stordahl. Billy May era un escritor de partituras, un arreglista, especialmente bueno para la percusión. Esto es notable, sobretodo, en las sesiones de swing. Uno de sus bateristas, Alvin Stoller, recuerda: "Billy escribía con sustancia. Tenía un gran conocimiento del tema y sabía muy bien lo que quería que tocaras. Verás, para un batería las partituras son lo de menos, pero si están bien escritas y la música es buena, la sientes automáticamente y tocas bien. Me encanta Billy, su música y también él como persona..." ("El sonido de Sinatra". Charles L. Granata).  Además, era muy inventivo y capaz de introducir melodías completas que se desarrollaban hasta el estribillo, acompañando la melodía principal que llevaba la voz de Sinatra. Y además, era intuitivo, capaz de improvisar en plena grabación y realizar cambios sobre la marcha, sin pensarlo, como si los imaginara de manera natural. Esta circunstancia es completamente contraria al método de Riddle que llegaba al estudio con todo escrito, hasta el último compás. Leonard Slatkin compara esta capacidad de improvisación de Billy May con la de Henry Mancini asemejándolo al italoamericano también en el estilo. Muchos consideran "Come fly with me" la mejor colaboración entre Billy May y Frank Sinatra, aunque en Capitol Records volvieron a trabajar juntos para los siguientes "come... with me albums","Come dance with me"(1959 que, además de los Grammys al mejor vocalista y mejor disco, le valió un Grammy a Billy May como arreglista) y "Come swing with me" (1961). 
Billy May y Frank Sinatra en el estudio
Billy May, con su sempiterno vaso de whiskey en la mano y Frank Sinatra. Audición.

Billy May reconoce en Frank Sinatra y Glenn Miller los dos músicos que más marcaron su trayectoria profesional, ya que tuvo el placer de trabajar junto a ellos. También pudo comprobar la obsesión de Sinatra por "llenar el jardín". Era la expresión que empleaba el cantante para decir que no se escatimara en el número de músicos. De hecho, Billy May fue un gran arreglista para los músicos de cuerda y esta circunstancia brilla especialmente en las baladas de "Come fly with me". Sinatra le dijo que empleara todos los músicos de cuerda que hicieran falta para conseguir el sonido deseado, así que Billy May contó con una gran orquesta de violas, violines, guitarras, arpa y chelos para firmar las sensacionales "April in Paris", "Autumn in New York", "Moonlight in Vermont", "Around the world", "London by night" y"Blue Hawaii". Resulta evidente este despliegue musical en la brillante introducción que May compuso para "April in Paris" y a lo largo de toda esta gran balada que resulta también uno de los mejores ejemplos del fraseo y del control respiratorio de Frank Sinatra que, en esta época, ya llevaba más de una década como el cantante más exitoso del mundo. Sobre esta madurez vocal de Sinatra, que contaba 42 años, habla Nelson Riddle en una entrevista para la revista Time apuntando: "Su voz es mucho más interesante ahora. Ha conseguido colores y registros diferentes. Años atr´s tenia la voz más igual, mientras que ahora esta dividida en, almenos, tres zonas interesantes: grave media y aguda. Profundiza más en las canciones que antes. Esto quizá se deba a que tiene diez años más y mucha más experiencia". En definitiva, es "Come fly with me" un disco que, a sus sesenta años, se encuentra igual de joven y persuasivo que siempre. En plena forma porque, como sabemos, ni por la voz de Sinatra, ni por su música, pasa el tiempo. Es este álbum una colaboración histórica entre Sinatra y Billy May. Ambos sacan lo mejor de cada uno. El público que abarrotó los estudios Capitol para asistir a las sesiones de grabación fueron, sin duda, privilegiados. Recordemos que los estudios Capitol habían sido anteriormente plató de radio, así que la sala de grabaciones estaba presidida por un patio de butacas, lo que asemejaba su aspecto al de un pequeño teatro y las sesiones de grabación a íntimos conciertos. De hecho, hubo grabaciones que repetir porque, de repente, alguien rompía a aplaudir desde el público, llevado por una emoción de todo punto comprensible. Celebremos como merece el sesenta aniversario de este LP histórico. En la página de Facebook "Frank Sinatra, la voz del siglo" diariamente y durante esta semana, iré desgranando cada tema del disco. De momento, nos quedamos con la primera vez que el público estadounidense veía y escuchaba este tema que se hizo tan popular, "Come fly with me" en riguroso estreno por este inimitable Sinatra de 42 años:


Pinceladas de Audrey, por Frank Sinatra.

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Frank y Audrey. Buena pareja, nunca realizada
Supongo que todos hemos habitado la madrugada, al menos una vez, cuando es un globo naranja que va hinchándose de hastío, ante la barra de un bar atestada de algazara humana descontrolada y carente de sentido, ante un semi-vacío vaso de vacío engrudo repleto de instantes mezclados con bourbon, un toque de naranja y una sacudida maestra de algún experto Joe, barman hasta el amanecer, hasta la muerte, hasta la inoportuna hora de cierre. Y entonces alguien habla de una vaguedad, de una ciudad inventada de nombre enfangado; inhóspito poblacho al que, sin embargo, ha contado y cantado la voz siempre reconfortante de Sinatra. Entonces pedimos un taxi a "Watertown", una canción de "September of my years" o, simplemente, pedimos poder hablar tranquilamente de Frank Sinatra hasta el amanecer, sin ruido de fondo. Quizá escuchar una canción. Parece pedir demasiado. Pero, de repente, ocurre el milagro. El a veces sorprendente y siempre solícito Joe, que ni siquiera se llama Joe, ha seleccionado en el reproductor musical "Lady day" y todo cobra sentido. Puede ser en el Boada's de Barcelona, a la una y media de la madrugada o quizá en el Chicote de los cincuenta (No, no en la birria de parque de atracciones en el que se ha convertido ahora, ese lugar de moda para los fáciles esnobs de la fácil burguesía del bobalicón siglo XXI) o puede ser Helsinki, La Habana, por supuesto Nueva York, Roma, Tombuctú, Tianjin o Brisbane pero, indefectiblemente, cuando surge Sinatra, la mediocridad abandona el lugar, arrastrándose, por la puerta de atrás. De nuevo su voz, como por arte de magia negra (that old black magic), por unos instantes, permite que huyamos de nuestras desordenadas vidas hacia ese lugar reconocido y confortable.

Mismo efecto, aunque de otra manera, conseguían en pantalla actores como Cary Grant, David Niven, Humphrey Bogart, Henry Fonda. Actrices como Grace Kelly, Gene Tierney, Barbara Stanwyck, Lauren Bacall, Ava... Pero de manera inusual, lo conseguía siempre Audrey Hepburn. Incluso como pordiosera, al comienzo de My fair lady, consigue llenar la pantalla de belleza y luz, a través de la mugre aportada por el equipo de caracterización. Me ocurre muy a menudo y no tiene una sencilla explicación. Cuando escucho "Moon river" en voz de Sinatra, no imagino a Audrey Hepburn en "Breakfast at Tiffany's". Escucho una tonada triste que cuenta historias de vidas naufragadas, de amigos imaginarios, literarios, de ficción; escucho soledad. En cambio, si Sinatra interpreta "The way you look tonight", se me aparece irremediablemente Audrey Hepburn; se me aparece ella, en todas sus películas pero, sobretodo, en "Roman Holiday".
Romanoff, Audrey Hepburn, Frank Sinatra y Mel Ferrer
Dean Martin abraza a Audrey Hepburn. Shirey McLaine hace lo mismo con Sinatra.  
Existe un libro de esos en que las fotografías parecen más importantes que las palabras y se titula "Cómo ser adorable, según Audrey Hepburn". A pesar de estar lleno de citas de Audrey y de personas que la han conocido dando su opinión, el librito en cuenstión está firmado por Melissa Hellstern. Desde luego, el contenido fotográfico es maravilloso. Sobretodo, sus fotografías en blanco y negro. Pero es en este libro que podemos encontrar la definición que hizo Sinatra sobre Audrey: "Es la clase de mujer que sabes que a tu madre le encantaría, la clase de mujer con la que construyen musicales de éxito."

Audrey Hepburn, en su vida privada, solía preguntar por las tardes: "¿Te escandalizaría que me sirviese un poco de whisky? Es muy temprano, lo sé, pero en alguna parte del mundo deben de ser las seis en punto". ¿Cómo va a caer mal alguien así?. Audrey, aunque no muy asidua, mantenía una relación de amistad con Frank Sinatra y por extensión, con todos los componentes del Rat Pack, especialmente, con Dean Martin. Una de las aficiones del Rat Pack era poner motes a las celebridades. Para ellos, Audrey, era "La Princesa". Con esta última curiosidad me despido hoy. Antes hemos hablado de la canción "Lady day", del más que interesante álbum "Watertown". En realidad es una canción dedicada a Billie Holiday pero hoy la publico para recordar a Audrey Hepburn. Escuchemos esta melodía y dejemos nuestras vidas programadas, aunque sea por un instante, huyendo de la mediocridad, a través de la voz de Sinatra, a través del swing que bailan los blancos zapatos de Fred Astaire, a través de la rutilante estela que ha dejado al pasar Audrey Hepburn. Ha pasado un ángel.



NOTA: "Lady day" es una canción compuesta por Bob Gaudio e inspirada en Billie Holiday que, precisamente, era dueña de este apodo. La canción fue grabada en dos ocasiones por Frank Sinatra. La grabó para el álbum "Sinatra & Company" y la volvió a registrar, en una versión acortada para el álbum "Watertown" como epílogo a este disco-historia conceptual. Sinatra no debió estar conforme con esta segunda versión pues en el LP original no aparece Sin embargo, se recupera para la versión en CD.

Exposición Frank Sinatra la voz del siglo, en Zaragoza

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Así comienza el recorrido por la exposición, con la serie "Retrato de una vida"
Conmemorando el vigésimo aniversario del ocultamiento de Frank Sinatra (mayo de 1998) el Ateneo Jaqués  vuelve a poner en marcha la exposición"Frak Sinatra, la voz del siglo"que ha comenzado su andadura en el Centro Cívico Río Ebro de Zaragoza, en colaboración con el Ayuntamiento de Zaragoza. Respecto a la muestra de 2015, en la actualidad, se cuenta con nuevos artistas y se ha ampliado el número de obras expuestas. Además, la exposición se estructura en cuatro ambientes: "Retrato de una vida", "Luces y sombras", "Era digital" y "La ciudad como ecosistema". También se incluye memorabilia sobre Sinatra que completan la muestra creando un verdadero "Universo Sinatra", un repaso a lo largo de su vida.

Arriba:"Autumn in New York" (izquierda) de José Antonio Conde y "Las Vegas nights" de Pedro Sagasta (derecha)
Abajo: Parte izquierda, dos lienzos de Alfonso Val Ortego y en primer término"Watertown"de Miguel Ángel Yus.
La exposición ha podido verse en Zaragoza desde el pasado 2 de febrero y el próximo martes 20 tendrá lugar su clausura con un concierto "Tributo a Sinatra" ofrecido por David del Barrio (voz) y José Antonio Giménez (guitarra/bajo) a las 19 horas. En la muestra participan los siguientes artistas: Pilar Aguarón, Juan Luis Borra, Antonio Callau, Ana V. Campo, José Antonio Conde, Carlos Guerrero, Artur Golart, Javier Hernández, Paola Lomuscio, Fermín Ochoa, Pedro Sagasta, Javier Soto, Stolisky Art, Alfoso Val Ortego, Miguel Ángel Yus y Miquel Zueras. A partir del 21 de febrero, podremos ver una selección de esta exposición en la sala de exposiciones de la segunda planta del Ayuntamiento de Grisén (Zaragoza)



Quedan dos días de exposición en el Centro Cívico Río Ebro de Zaragoza (C/ Alberto Duce, 2). No pierdan la oportunidad de visitarla. Nos despedimos ahora con el vertiginoso comienzo del concierto en el Caesars Palace de Las Vegas de 1978 y su vibrante "All of me":


Come to see all of Sinatra!

Come fly with me, guía de audición y programa

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Frank Sinatra en las sesiones de grabación de "Come fly with me", octubre 1957
Hace unas semanas recibí la invitación de Antón Garcia-Fernández para participar en su programa "Discos memorables" y hablar del disco "Come fly with me" en conmemoración de su sexagésimo aniversario. Este era el capítulo número 13 del programa que Antón realiza desde Martin, Tennessee,; una labor admirable y un programa imprescindible para cualquier melómano. "Discos memorables", bien merece un exhaustivo repaso por sus doce capítulos anteriores que pueden encontrar en  su canal Youtube. Especialmente el capítulo 6 del programa fue un repaso al disco Francis Albert Sinatra & Antonio Carlos Jobim junto a Pablo Martínez Diente que pueden escuchar aquí. Qué duda cabe que para mí "Come fly with me" es un disco especial que resume a la perfección la época Capitol ya que aglutina swing y baladas, además de algunos momentos de intenso blues como "Aprin in Paris" u "Autumn in New York" que bien hubieran podido formar parte de discos como "Only the lonely" o "Where are you?".  Por todo ello, ha sido un placer compartir pasión con Antón García-Fernández celebrando además la coincidencia de nuestro año de nacimiento, 1981, sin duda, un buen año para la cosecha de adeptos a Sinatra. Además, compartimos el gusto por el arte y por la literatura y es necesario decir que Antón también es especialista en Bing Crosby, siendo director de la revista de club de fans del cantante. En esta entrada dejo el programa completo (¡casi dos horas de duración!) y previamente un comentario para cada canción de "Come fly with me" por orden de aparición en el disco original. Lo que puede ser tomado como una guía de audición de este "inmenso" LP. Comenzamos:
1.- Come fly with me: Es  la canción que daba título e inauguraba este incomparable álbum de viajes que este mes cumple sesenta años. Una legendaria y genial composición especialmente pensada para Frank Sinatra, para este LP, para su voz, para la clase de swing donde más brillaba; una melodía insuperable de Jimmy Van Heusen con letra de Sammy Cahn. "Come fly with me" en su exótica letra, ya anuncia el viaje que vamos a emprender, nombrando lugares como Perú, Acapulco Bay o Bombay. La canción, literalmente, despega. En el arreglo de Billy May, el viaje en avión está muy presente. Primero, en el crescendo de los violines que imitan el despegue y en el viento haciendo un sonido que emula el de los reactores de un avión. Después, la agradable sensación de flotar en el aire ("once I get you up there..."), a millas de altura, mientras se desliza suavemente la voz incomparable de Sinatra en un swing relajado que nació para ser historia. El interludio musical, después del primer "Let's fly, let's fly away!", es un estallido que saca lo mejor de la orquesta de Billy May y que posteriormente ha sido muchas veces imitado. ¿Y qué decir de ese final? Después de "angels cheer,'cause we're together..." y el chasquido de los dedos de Sinatra, la canción se encamina hacia una conclusión con un Sinatra espectacular hasta ese culminante y sensacional "Pack up, let's fly away!". Toda una invitación irresistible



2.- Around the world: Era imprescindible, para un disco de viajes, incluir una canción que tuviera que ver con dar la vuelta al mundo aunque, como dice la canción, sea buscando un amor. Lo cierto es que "Around the world" se tituló al tema musical principal de la banda sonora procedente de la película "Around the world in 80 days" ("La vuelta al mundo en 80 días"), dirigida en 1956 por Michael Anderson como versión cinematográfica de la conocida novela de Julio Verne. Es complicado encontrar un espectador o un cinéfilo al que no le haya gustado esta película donde David Niven muestra su mejor faceta (aunque la mostró tantas veces...) y además, está acompañado por Shirley MacLaine y Cantinflas. La película nació siendo un éxito a pesar de acarrear con la enorme responsabilidad de llevar al cine una novela como la de Julio Verne. Además, en esta cinta encontramos numerosos cameos protagonizados por caras conocidas de Hollywood y aquí tenemos el primer nexo de unión con Frank Sinatra, pues aparece en el rol de pianista en el local que visitan los viajantes durante su estancia en Estados Unidos. Local, donde también aparecen George Raft y Marlene Dietrich. Volviendo a la música, la banda sonora de la película fue compuesta por Harold Adamson y Victor Young; este último, fallecido en 1956, recibió el Premio póstumo a la Mejor Banda Sonora de aquella edición de los Oscar. De la banda sonora original se eligió el tema principal, se compuso una letra par ella (pues en la película solo había música) y numerosos cantantes el momento la versionaron, como por ejemplo, Nat King Cole, The Chordettes, Sam Cooke, Eddie Fisher, Louis Prima, Harry James, Conne Francis, la orquesta de Mantovani, Brenda Lee o The Shirelles, mereciendo mención especial la grabada por Bing Crosby que fue incluida en la cara B de la versión póstuma que se publicó interpretada por la orquesta de Victor Young, versión musical que alcanzó un gran éxito en 1957. Este mismo año, concretamente el 8 de octubre, Frank Sinatra la registró en los estudios Capitol de Hollywood para su álbum "Come fly with me". Grandilocuente, el arreglo para cuerda de Billy May envuelve a la perfección esta voz del cantante que con firmeza asegura "Around the world I've searched for you, I traveled on when hope was gone to keep a rendezvous". Como en el caso de "It's very nice to go traveing", la voz del cantante/viajante recuerda los lugares donde ha estado: "It might have been n County Down, or in New York, in gay Paris or even London town..." Así que, aunque en el álbum original la canción apareció en segundo lugar, podría ser un buen resumen de este disco de viajes. Cuando llegamos al final de la primera parte de la canción y Sinatra pronuncia una de sus frases mas bellas, "For I have found my world in you", la cuerda ejecuta un crescendo espectacular para inaugurar el intermedio musical. Un intermedio, como hemos dicho, muy grandilocuente, donde la voz cantante es para las cuerdas, soportadas por un acompañamiento de viento que enmarca esa melodía principal. Al llegar al final de este interludio musical, el proceso es el contrario. El volumen disminuye y las cuerdas van decreciendo hasta llegar al susurro y al silencio final donde vuelve surgir la voz de Sinatra, recuperando las dos últimas estrofas que ya había cantado en la primera parte. Por supuesto, mención especial para la voz de Sinatra. Especialmente cuando pronuncia " or even London town" y desde ese punto hasta el final, en el caso de las dos estrofas. Un final magistral, donde va desgranando ese maravilloso último verso hasta terminar en "you" que también deja sostenido por un tiempo prudente. Otra balada inmortal, otro gran trabajo de May para cuerda y otro derroche vocal y respiratorio de Frank. Deliciosa.



3.- Isle of Capri: En pleno mar Tirreno, cerca de Nápoles, se sitúa la exótica isla de Capri, lugar escogido por el músico austriaco Wilhelm Grosz para situar geográficamente su composición de 1934, un tango-foxtrot que contó con el trabajo del letrista Jimmy Kennedy y se tituló "Isle of Capri". Es necesario destacar las primeras versiones que de este tema grabaron, por ejemplo, el trompetista/vocalista Nat Gonella con la banda de Lew Stone o Al Bowlly con la orquesta de Ray Noble, así como la muy primitiva y hoy trasnochada versión de la cantante Gracie Fields. Ya a comienzos de la década de los cincuenta la canción se había afianzado en el repertorio del Great American Songbook y cantantes como Frankie Laine, Bing Crosby (este a dúo con Rosemary Clooney) no tardaron en grabarla. De nuevo una mención especial. Esta vez para la versión de Dean Martin que, como buen italoamericano, la incluyó en su repertorio de canciones con las que añoraba sus orígenes europeos, aunque esta no estuviera compuesta por un italiano sino por un vienés. Hubo que esperar a 1958 y al disco "Come fly with me" para escuchar al italoamericano por excelencia cantar a su tierra. Frank Sinatra grabó "Isle of Capri" el 1 de octubre, primera canción registrada para "Come fly with me" y debut del cantante con la orquesta de Billy May. El resultado fue la versión de "Isle of Capri" que está dotada con el swing más contundente, gracias al arreglo de Billy May. Esta genial versión comienza con una cuerda de saxos precediendo a la voz de Sinatra. En la sección de viento, destaca en esta ocasión el papel fundamental del saxofonista y clarinetista Buddy Collette En la segunda estrofa, el papel de los saxos es interpretado por trompetas con sordina, replicando a la voz del cantante. Tras esta fase, que vuelve terminar con la réplica de los saxos como puente recurrente, llega una tercera estrofa donde, magistralmente, Billy May cambia el ritmo de swing para recuperar el ritmo de tango-foxtrot que Grosz compuso para la versión original, veintitrés años antes. Todo un homenaje y un acierto del arreglista, que marca una pausa y diferencia perfectamente las estrofas de esta manera tan original. En la parte musical, el ingenio de Billy May es sobresaliente para lucimiento personal del baterista Alvin Stoller. En este pasaje de orquesta, de nuevo se recupera el ritmo latino de la versión de 1934 para, después, ejecutar cinco golpes potentes de batería y cambiar radicalmente al swing más fresco del momento. Este efecto se repite en dos ocasiones y es una manera de marcar el paso del tiempo entre la versión de 1934 y la de 1957, establecer la diferencia rítmica y sobretodo, exponer sus dotes como arreglista para batería. El regreso de la voz de Sinatra tras el pasaje musical es precedido por dos golpes de Alvin Stoller. El cantante comienza a cantar "Summer time was nearly over..." y el ritmo que ejecuta aquí la orquesta de Billy May es quizá el swing más moderno y agresivo del disco hasta llegar a una nueva pausa donde todos los instrumentos enmudecen para dejar solo al cantante que pronuncia socarrón la pregunta: "Can you spare a sweet word o'love?". Tras esta pausa, la canción ya evoluciona hacia el final de nuevo con el recurrente papel de los saxos replicando a la voz y llegando al final "'Twas goodbye on the isle of Capri" donde Sinatra, faltando a la costumbre, acaba con una nota grave a la que responde la orquesta con una explosión final verdaderamente brillante. Este final nos cuenta mucho sobre la personalidad de Sinatra. En esta ocasión el cantante, ejecutando una nota grave para explosión final de la orquesta, conscientemente brinda una magnífica ocasión para lucimiento del arreglista y de los músicos. Un rasgo de generosidad tan acertado como poco común. Creo que "Isle of Capri", además de la excelente interpretación de Sinatra, nos deja ese momento único en que los músicos y el arreglista se pueden lucir y pueden brillar al mismo nivel que el vocalista. Excelente trabajo de Billy May.



4.- Moonlight in Vermont: Es una de las baladas más bellas de Frank Sinatra y de la historia musical del siglo XX. El 3 de octubre de 1957, Frank Sinatra grabó en los estudios Capitol "Moonlight in Vermont", canción compuesta en 1944 por John Blackburn (letra) y Karl Suessdorf (música). No creo que estos compositores llegaran a imaginar la creación que, sobre su obra , culminarían Frank Sinatra y Billy May en 1957 pues la primera versión de Margaret Whiting junto a la orquesta de Billy Butterfield dista bastante de esta. Sin embargo, hay que reconocer la belleza innata de la composición musical así como el alarde poético del letrista que compuso para esta melodía unos grupos de haiku. Es digna de tener en cuenta, también, la versión posterior que grabó Ella Fitzgerald. Pero, regresando a 1957, a ese mágico 3 de octubre, me detendré en la versión original de Frank Sinatra para el LP "Come fly with me", con el precioso y preciso arreglo de Billy May. De nuevo, resulta más que notable, la habilidad de May como creador de ambientes para los arreglos de cuerda. La orquestación para "Moonlight in Vermont", precisamente, suena a luz de luna, afelpada, suave y sentimental en un grado admisible, con la inclusión de una flauta travesera que resulta uno de los mayores aciertos.. Frank Sinatra aprovecha especialmente las evoluciones armónicas del arreglo musical y realiza una interpretación sobria, deliberadamente relajada y de una amplitud vocal, sobresaliente. Una vez más, en "Moonlight..." escuchamos el fraseo, las múltiples gradaciones de color y el dominio de la respiración. En este caso, es necesario prestar atención a la transición de la palabra "lovely" con "evening", de nuevo, sin detener ni cortar la melodía, sin respirar. Además, una de las grandes aportaciones de Sinatra a la canción es el cambio de tonalidad de un semitono entre las dos palabras, para inaugurar así de manera remarcada el segundo estribillo. Es un hallazgo improvisado por Sinatra y es otro gran acierto. En definitiva, la grabación de"Moonlight in Vermont" para el LP "Come fly with me" es perfecta. Prueba de ello es que nunca volvió a grabar esta canción hasta la versión junto a Linda Ronstadt para "Duets".



5.- Autumn in New York: Tratamos de imaginar el impacto que la publicación de "Come fly with me" pudo tener en el público norteamericano en pleno enero de 1958. Seguramente hubo quien se aventuró, quizá bajo la nieve y el frío invernal, a imaginar y añorar a otoño, paseando por Central Park. Y seguramente, su banda sonora preferida fue "Autumn in New York", grabada por Sinatra el 3 de octubre de 1957 para este LP. Vernon Duke compuso esta balada otoñal y eterna en 1934 para el musical "Thumbs Up!" estrenado en Broadway, en diciembre del mismo año. Nacida ya como un clásico, "Autumn in New York" fue versionada en innumerables ocasiones. Son destacables las perpetradas por Charlie Parker, Bing Crosby, Billie Holiday, Sarah Vaughan o el maravilloso dueto entre Ella Fitzgerald y Louis Armstrong. Sin embargo, solo una versión alcanzó la lista de los singles más vendidos y esta fue la de Frank Sinatra, pero no la de 1957 sino una anterior que grabó en 1949 para Columbia Records. Es la de 1949 una versión algo más íntima que la posterior y cuenta con arreglo de Axel Stordahl. Desde luego, no es menos buena que la que grabó para "Come fly with me" aunque su sonido parece más antiguo. Pero regresando a 1957, nos encontraremos un arreglo para cuerda verdaderamente mágico donde Billy May recupera, de nuevo, el tono de "Moonlight in Vermont", por cierto, grabada el mismo día. Billy May introduce un esplendido comienzo de violínes, quizá recordando la versión de Stordahl, pero pronto el ambiente de la canción, gracias al suave ritmo de las escobillas y a los vientos, deriva a la nocturnidad. Es especialmente reseñable una maravillosa transición de la cuerda al viento, en la parte central que representa el pasaje musical. En el minuto 2:44 la sección de viento, con fondo de cuerda, realiza un guiño de swing muy relajado para pasar posteriormente, de nuevo, al tono de balada. Es uno de los aportes más interesantes de Billy May a esta canción. Además, la voz de Sinatra en esta versión posterior es más suave, dulce y amplia que en la de 1949 como podemos apreciar en los versos "dreamers with empty hands. They sight for exotic lands" y "lovers that bless the dark on benches in Central Park". Escuchadas las dos versiones (1949 y 1957) yo me quedo con la posterior. El arreglo de Billy May fue recuperado por Sinatra para su concierto Main Event en el Madison Square Garden de Nueva York en 1974 presentándola así: "This is the perfect time of the year and the perfect song".



6.- On the road to Mandalay: Llega el turno de la canción más controvertida del disco que provocó la censura en Gran Bretaña: "On the road to Mandalay", cuya letra está basada en un poema de Rudyard Kipling titulado "Mandalay". La canción está compuesta por Oley Speaks y Frank Sinatra la grabó el 1 de octubre de 1957, en la primera sesión para el nuevo LP que se ponía en marcha en la factoría Capitol. Para comprender la controversia de esta canción basta decir que en Gran Bretaña el LP "Come fly with me" fue publicado sin "On the road to Mandalay", sustituida por una canción anterior, "It happened in Monterey" perteneciente a "Songs for swingin' lovers" que nada tenía que ver con este disco, excepto su aspecto swing. (Más información sobre este asunto aquí). El caso es que "On the road to Mandalay" resulta una de las grabaciones más interesantes y surrealistas de la discografía de Sinatra. No solo por los cambios de ritmo. El aspecto exótico con que BIlly May dotó a la canción con su arreglo nos intenta trasladar al ambiente de la antigua capital de Birmania, Mandalay y para ello utilizó, incluso, instrumentos autóctonos y vientos poco usuales para el repertorio de Sinatra. Además, como recuerda el baterista Frank Flynn, intérprete principal en esta grabación, resulta uno de los mejores ejemplos de esa especial virtud que tenía Billy May para los arreglos orquestales dirigidos a la percusión. El empleo de los platillos, el gong, la potente batería y los cambios de ritmo, unido a una letra jocosa, hacen de este tema uno de los más interesantes de Frank Sinatra. Además, el cantante aportó una contribución clave en la grabación final. Después de ensayar una toma con el arreglo de BIlly May, Sinatra sugirió un cambio que hoy resulta fundamental. Cuando llega el verso "...and the dawn comes up like thunder...", Frank Flynn efectúa un golpe de gong e inmediatamente vuelve la voz de Sinatra con el siguiente verso. Después de ese primer ensayo Frank sugiere que, tras el gong de Flynn, se cortara la canción y quedara colgada en ese punto, continuando una transición de contrabajo hasta unir con el siguiente verso, después. Billy May aceptó la sugerencia de Sinatra. Se grabó una única toma y este fue el gran hallazgo de la canción. En el tramo final, jugando con el oyente, se repite este efecto y se llega al final de manera inesperada y repentina. "On the road to Mandalay" es una canción exótica, rara y festiva donde vemos a un Sinatra insólito que no volverá a repetirse a lo largo de su carrera. En directo el tema ganaba mucho. Frank disfrutaba cantándolo y esto se trasladaba al público. Una de las más interesantes versiones en directo es la que interpretó en 1958 en el Sporting Club de Montecarlo



7.- Let's get away from it all: Matt Dennis y Tom Adair compusieron en 1941 "Let's get away from it all" que Frank Sinatra grabó como vocalista en la orquesta de Tommy Dorsey, haciendo un dúo con la vocalista femenina, Connie Haines y respaldado por los magníficos coros de The Pied Pipers. Ciertamente esta versión grabada el 17 de febrero de 1941 resulta excelente. Contiene toda la magia del sonido de los cuarenta, con un swing clásico de aquella época y la orquesta de Tommy Dorsey a pleno rendimiento. Probablemente, de no haber sido tan genial el arreglo compuesto por Billy May en 1957 para la nueva versión del álbum "Come fly with me", Sinatra no hubiera vuelto a grabar esta canción, pues la de 1941 es difícil de superar. Pero estamos en 1957, es 8 de octubre y Frank Sinatra entra en los estudios Capitol para grabar una nueva versión de "Let's get away from it all", canción que el público norteamericano todavía recordaba en su voz, en la versión grabada 16 años atrás. Billy May apuesta por un arreglo donde destaca la sección rítmica, potenciando una swing relajado pero contundente, en el tempo donde Sinatra más brillaba, ese relaxin' swing de los cincuenta que gracias a músicos como Billy May, sonó tan limpio y suena hoy igual de fresco que en 1958. La canción comienza con la batería marcando ya, desde el principio, el ritmo que seguirá a lo largo de la pieza. Esta está acompañada por una sección de flautas y clarinetes que, en lento descenso van preparando al oyente para el primer crescendo. La voz de Sinatra es acompañada por la sección de metales (trombones) que, de nuevo emulando el motor de un avión que despega, hace despegar también a la canción hasta el primer golpe seco y doble de batería, La sección de saxos y trombones replica constantemente la melodía principal que lleva la voz de Sinatra y esta circunstancia subraya el ritmo del swing, siendo un contrapunto constante. El mejor ejemplo de este "replicar" de los metales a la voz, ocurre en el segundo 39 de canción cuando Sinatra canta por segunda vez el título ("Let's get away from it all") y al momento replican los metales (ta-ba-da-ba-da) en una transición entre estrofas que será utilizada habitualmente por Billy May en sus trabajos con Sinatra. Es solo un detalle pero se trata de una firma de cantero, la marca de la casa que nos deja el arreglista. Como veremos, esta técnica del crescendo, el golpe de batería y la "réplica" de los metales a la voz para hacer la transición entre estrofas, es un patrón que se repite en toda la canción.Uno de los mejores swings que Sinatra grabó en Capitol Records.



8.- April in Paris: (Vernon Duke. 1932 Letra: Yip Harburg) Compuesta para el musical "Walk a little faster", allí fue interpretada por Freddy Martin y al año siguiente, por Henry King quien alcanzó un gran éxito con ella en 1933. Algunas de las versiones más recordadas son la de Louis Armstrong y también la de la orquesta de Count Basie; las de Billie Holiday y Ella Fitzgerald y la versión más libre de Charlie Parker, en 1949. Pero la creación de Billy May para Frank Sinatra en 1957, es otra cosa. Billy May despliega toda su creatividad como arreglista para cuerda y diseña una introducción muy contundente con un in crescendo vibrante interpretado por estos instrumentos. El crescendo culmina con un golpe de plato y los metales, estableciendo un contrapunto paralelo a la espléndida voz de Frank Sinatra que ha acompañado este crescendo con su habitual seguridad. Aquí, Charles L. Granata en "El sonido de Sinatra", subraya el enfrentamiento entre la línea instrumental y vocal, así como el enfrentamiento entre el clímax de la introducción y la relajación del siguiente compás, ayudando a establecer un juego entre vocalista y orquesta que mantiene un alto nivel dramático durante toda la pieza. Cuando escuchamos la canción, esta circunstancia es más que notable. Como notable es el espléndido estado de gracia de este Frank Sinatra de 42 años, su manera de saborear y pronunciar cada sílaba, alargando el final de las vocales y el control de la respiración que, en "April in Paris" es especialmente sobresaliente. Hay que prestar atención a la inflexión que utiliza al pronunciar las palabras finales de cada verso: las dos "face", "heart", "sing", "warm" y "embrace". En esta sección la orquesta de Billy May, la cuerda, imita el fraseo de Sinatra. El resultado es espectacular. Y llegamos al estribillo donde Sinatra realiza un alarde de control respiratorio. Entre el primer y segundo verso, el cantante se detiene en la palabra "trees" y sin respirar, la une al comienzo del siguiente verso, a la palabra "April", sin verse alterado ni afectado en ningún modo el vibrato que mantiene controlado en toda la transición. En el segundo tramo de la canción vuelve a ocurrir lo mismo, en las palabras "Paris", "chesnuts", "tables", "trees" y "reprise" donde Sinatra añade una pequeña inflexión melancólica. Al final, volverá la transición sin respiración, uniendo esta vez las palabras "till" y "April". El trabajo de Billy May en esta composición especialmente creada para la voz y las inflexiones de Sinatra convierten "April in Paris" en una de las baladas del disco. Esta grabación fue efectuada el 3 de octubre de 1957



9.- London by night: Carroll Coates es un compositor británico que en la actualidad vive retirado en San Francisco. En 1996 recibió un homenaje en el "Songfest: A Songwriters Celebration", celebrado en California. Ha sido el responsable de numerosos éxitos grabados por celebridades de la canción como Sarah Vaughan, Dinah Washington, Tony Bennett, Carmen McRae o Bessie Smith y autor de numerosas bandas sonoras entre las que me gustaría referirme a su trabajo para "Sunday in New York" (Peter Tewksbury 1963), cuyo genial tema principal llevó al éxito Bobby Darin. Hablo de este músico por ser el autor de una de las baladas europeas que más apreció Frank Sinatra: "London by night", incluida en el LP "Come fly with me" y grabada el 3 de octubre de 1957, en la misma sesión que "Moonlight in Vermont", "Autumn in New York" y "April in Paris". Nuevo arreglo mágico y nocturno para cuerda el de Billy May. Creo que estamos ante la balada más nocturna y relajada del disco. No solo por los violines que continúan una melodía persistente durante toda la pieza. También la voz aterciopelada de Sinatra dibuja aquí un cuadro de neblinoso paisaje londinense con luna rielando sobre el río, ceniza de cigarrilos a medio consumir, pequeñas plazas, estatuas de ángeles caídos e íntimos rincones de Hyde Park para amantes ocultos. Es una canción escueta, sin fragmento musical, sin pausas. Constante. Como una canción de cuna. El acierto de Billy May es diseñar una cama de violines, violas y arpas para mecer la melodía principal que lleva la voz de Sinatra. Y estos ingredientes componen la maravilla. Frank volvió a grabar "London by night" para el LP "Great songs from Great Britain", cinco años más tarde, con un arreglo diferente de Robert Farnon. Todas las canciones de este LP grabado en Londres, en 1962, contienen un sonido que lo diferencian del resto de grabaciones de Sinatra y crean un paisaje unitario y también nocturno, muy acertado. Pero creo que la versión de 1957 es muy superior.  "Mucha gente dice que prefiere Londres de día pero los amantes aman Londres de noche".



10.- Brazil: Hoy repasamos la exótica "Brazil", uno de los temas que reflejan la multiculturalidad y el exotismo a las que aspiraban el disco "Come fly with me", un disco de viajes alrededor del mundo. Por ello, la elección del tema "Brazil" resulta fundamental. Una década antes de su colaboración con Antonio Carlos Jobim, Frank Sinatra graba "Brazil" el 8 de octubre de 1957 y supone su segunda conexión con la música brasilera después de "The coffee song". En primer lugar, hay que señalar que el título original de este tema es "Aquarela do Brasil" y fue compuesto en 1939 por Ary Barroso, una tormentosa noche de lluvia en la que, a causa del temporal, tuvo que abandonar la casa donde vivía. Barroso explicó esta circunstancia en declaraciones posteriores, diciendo que compuso "Aquarela do Brasil" para que la samba lo mantuviera alejado de las tragedias de la vida. De hecho, el término "aquarela" hace referencia a la lluvia de aquella noche. Esta samba se hizo muy popular desde su la fecha de su composición, 1939 y especialmente, desde su inclusión en la película de Wlat Disney "Adiós amigos" en 1942. La canción pasó a ser todo un himno nacional brasileño, versionada en un sinfín de ocasiones y bajo las visiones más diversas imaginables. Es decir, cuando Billy May escribe el arreglo para esta canción en 1957 y Frank Sinatra la graba, ya es un éxito mundial que todo el mundo sabe tararear, así que es recibida de muy buen grado por los melómanos estadounidenses. Billy May respeta el ritmo de samba original de 1939 y lo fusiona con el mejor swing norteamericano de los años cincuenta. Su orquesta, mezclando el mejor sabor latino con el más puro sonido norteamericano, recuerda a Barroso, a la samba de Brasil pero también al mejor Pérez Prado. El resultado no solo es espectacular, pues se trata de una de las canciones más vertiginosas que grabó Sinatra. Energía, esperanza, una gran dosis de positividad y un desparpajo de Frank Sinatra realmente exultante. Cuando escuchamos esta canción, sale el sol, sin importar si llueve o hace frío.



11.- Blue Hawaii: Aunque todo el mundo recuerda la versión de Elvis Presley y los Jordanairs, lo cierto es que una de las baladas más versionadas de la historia fue compuesta por Leo Robin y Ralph Rainger para la película de 1937 "Waikiki wedding" (Frank Tuttle) donde la cantaba Bing Crosby. Hablamos de "Blue Hawaii". Para esta balada, incluida la original versión de Bing Crosby, es usual que, en sus arreglos musicales, se utilice la Slack key, una guitarra hawaiana de un sonido muy característico que otorgaba un exotismo insólito a las grabaciones. Pero lo que en 1937 era insólito y exótico, en la versión de Elvis ya llega a ser cansino y repetitivo, si además le añadimos el ukelele. Por tanto, agradecemos fervientemente que Billy May no incluyera este instrumento en la versión que Frank Sinatra grabó en 1957. Además, destaca la utilización de la cuerda (violas, violines y chelos) para simular el oleaje del mar, una maravilla que acompaña a la voz de Sinatra en los primeros compases de la canción y que también actúan de cierre. Esta circunstancia, sumada a la trompeta con sordina que surge a lo largo de la estrofa, convierten mítica a la versión de Sinatra. De nuevo.



12.- It's Nice to Go Trav'llin': Y para terminar, regresar a casa. De nuevo Sammy Cahn y Jimmy Van Heusen al servicio del swing y de Sinatra para crear otro memorable tema que parece ya nacer clásico desde su concepción "It's very nice to go travlin'",un divertido repaso alrededor del mundo, por Paris, Londres, Roma para finalizar regresando a Nueva York. La deliciosa composición de Billy May, entre el viento y la cuerda va jugando con golpes de swing sorprendentes y agradables fondos de cuerda que parecen invitar a flotar en el aire, volando a algunos de los lugares propuestos. El segmento musical intermedio es brillante, de nuevo, ejecutando un swing agresivo y encaminando hacia el segmento final de la canción donde Sinatra se muestra más improvisador y desenvuelto. En cuanto al final, una delicia, con ese revelador final "Make a pizza". Definitvamente es un swing para saborear.



Escucharemos ahora el programa número 13 de "Discos memorables" dedicado a "Come fly with me" en su sexagésimo aniversario:

Frank Sinatra y el sionismo

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Frank Sinatra y David Ben-Gurión, aquel 1962 Primer Ministro de Israel
En varias ocasiones he referido en este blog la gira mundial solidaria que Frank Sinatra emprendió en 1962 para recaudar más de un millón de dólares para los niños y jóvenes desfavorecidos de todo el mundo. Este tour, en que el cantante era acompañado por una banda reducida de seis músicos, le llevó a visitar Japón, Hong Kong, Inglaterra, Francia, Italia, Grecia, Suiza y finalmente, Israel; esta última estancia fue especialmente intensa pues Frank Sinatra hizo funciones de embajador de Estados Unidos, mostrando el hermanamiento entre las dos naciones y sentando las bases del incondicional apoyo que mostraría al sionismo, como una causa justa, a lo largo de toda su vida. En Israel, Sinatra ofreció siete conciertos en seis ciudades distintas. Su visita coincidió con el Yom Ha'atzmaut , el día de la Independencia israelí y el cantante, prácticamente, fue recibido como si fuera el mismísimo JFK, el Presidente de los Estados Unidos. Durante el desfile de las Fuerzas Armadas Israelíes, se sentó en el palco presidencial junto al Primer Ministro David Ben-Gurión y el General Moshe Dayan. Así mismo, Sinatra cantó en el evento oficial del Día de la Independencia Israelí, en Tel Aviv y para las tropas en la Base Aérea Tel Nof donde proclamó un discurso en el que animaba a las naciones del Mundo, como un compromiso urgente, a apoyar al estado de Israel y su reconstrucción. Sin embargo, su visita a Israel fue una apuesta personal y nada tuvo que ver en ella la Casa Blanca. De hecho, la relación entre la administración Kennedy y Sinatra estaban ya, en este punto, muy deterioradas. Sinatra ejerció como embajador, sí. Pero por decisión y compromiso propios.
Conferencia en Jerusalem
Durante la visita de Sinatra, el Comité Nacional de Trabajo de Israel realizó un interesante documental que cuenta con el cantante como narrador. En el film Sinatra incide en el hermanamiento entre Estados Unidos e Israel y el completo apoyo a la reconstrucción del estado israelí. Alaba la labor del Histadrut (Federación General de Trabajadores de la Tierra de Israel), una histórica organización de sindicatos que, curiosamente, comparte fecha de fundación con el día de nacimiento del cantante: 12 de diciembre (el Histadrut se fundó el 12 de diciembre de 1920 y Sinatra nacía el mismo día de 1915). El Histadrut se convirtió en una de las más poderosas instituciones de la mayor parte del Estado de Israel. En el documental también se alude a las bondades del sistema sanitario israelí, a la dificultad del gobierno para financiar los estudios secundarios de los alumnos y al imparable y próspero crecimiento del estado. Sinatra compara la incipiente modernidad de Tel Aviv con la opuesta antigüedad de la que es testigo paseando por las calles de Nazareth ("tan solo a unas pocas millas de distancia sobre el terreno pero a una insalvable distancia de siglos cultural y tradicionalmente hablando", dice). Además, el documental muestra algunos fragmentos de los conciertos que ofrece Sinatra. El cantante da algunos datos interesantes sobre estos recitales. Alaba la acústica del Auditorio Municipal de Tel Aviv donde ofrece su primer concierto ante, dice, un público dividido entre turistas e israelíes. Se trata de un documental muy curioso que hoy vamos a ver en este blog, íntegramente.

Encuentro con los jóvenes de Israel
Frank Sinatra también aprovechó su estancia en Israel para fundar dos Centros Interculturales para Jóvenes con su nombre y para colaborar económicamente en la reconstrucción del Israel Bonds, de la Universidad Hebrea de Israel y del Centro Simon Wiesenthal. Pero esta actividad pro-sionista no nace de repente en 1962.  El escritor Tom Santopietro califica a Frank Sinatra como un activista y un simpatizante de la causa judía a lo largo de toda su vida. Su fuerte apoyo fue una constante en la vida de Sinatra, desde su más tierna infancia. Para ello nos tenemos que remontar a Hoboken, al barrio donde nació el cantante y a los primeros años de su vida (1915-1925). Allí encontramos a Mrs. Golden, una vecina de los Sinatra que Dolly (la madre de Frank) solía contratar como niñera cuando estaba ausente. Mrs. Golden no solo cuidaba del pequeño Frank. Le hablaba constantemente en Yiddish y le servía pastel de café , manzanas y otros alimentos de la tradición judía. Además, obsequió a Frankie con un Mezuzá, un pergamino con versículos de la Torá, dentro de una caja de madera. Frank Sinatra conservó toda su vida este mezuzá y en numerosas ocasiones lo exhibía colgado de su cuello. Además, parece ser que en Hoboken solía trabar una buena amistad con niños de familias judías, entre ellos, Manie Sacks, futuro representante y amigo personal del cantante.

Sacks y Sinatra
Fue el año 1944 cuando tuvo lugar un incidente con Frank Sinatra y Manie Sacks como protagonistas. Continuando con su convencimiento sionista, Sinatra quiso que el padrino del bautizo de su hijo Frank Jr. fuera judío y se lo propuso a Manie Sacks quien aceptó. El revuelo llegó por parte del sacerdote que se opuso a la celebración del bautismo. Esta circunstancia fue el eco de sociedad más comentado en los corrillos de Nueva York que ya tildaban de pro-judío al joven cantante. Pero Sinatra continuó en la misma línea. Su posición siempre estará al lado de los desfavorecidos por cuestiones religiosas o raciales, probablemente, porque él lo sufrió en su propia piel, en su infancia de Hoboken. "Cuando alguien me llamaba 'dirty little Guinea' solo había una cosa que hacer, romperle la cabeza. Dejad que alguien grite 'bastardo sin papeles, judío o negro'... Le enseñaremos a no volverlo a hacer", decía Sinatra.

Sinatra en Nazareth
Durante el Holocausto nazi, Sinatra fue un defensor acérrimo de la causa judía. Cuando en 1942 llegaron a Estados Unidos las primeras noticias del genocidio nazi contra los judíos, el cantante ordenó fabricar miles de medallones con la imagen de San Cristóbal por una cara y la estrella de David en el lado contrario. Sinatra repartió estas insignias entre sus amigos, entre los soldados norteamericanos destinados en Europa, entre miembros del cuerpo de la Policía y colegas del mundo del espectáculo, como una muestra de apoyo a los judíos y a la paz. Un año más tarde, en 1943, se unió a la gira nacional We will never die que intentaba focalizar la atención del pueblo norteamericano en el Holocausto. Y dos años más tarde, en 1945, protagonizó el conocido y anteriormente reseñado cortometraje "The house I live in" (Albert Malt, Mervyn LeRoy y Frank Ross 1945) que abogaba por la tolerancia ante las diversas creencias religiosas y condenaba abiertamente el antisemitismo. Posteriormente, en septiembre de 1947 Sinatra actuó en Action for Palestine en el Hollywood Bowl, a favor de la creación de un Estado Judío. Esta frenética actividad pro-sionista llevada a cabo por el cantante vivió su momento más álgido en marzo de 1948 cuando, desde el club Copacabana, participó en una operación clandestina en favor de la Haganá, la organización paramilitar del pre-estado de Israel. La Haganá había fijado una base en Nueva York para trasladar armamento de contrabando a Palestina. La sede estaba situada en el Hotel 14, coincidiendo con las instalaciones del club nocturno Copaabana, donde actuaba Sinatra. Los agentes federales vigilaban constantemente la zona. Teddy Kolleck, representante de la Haganá, cuenta así lo sucedido: "Tenía un capitán de barco irlandés sentado en el puerto de Nueva York con un barco lleno de municiones destinado a Israel. Tenía facturas de carga falsas y debía llevar el envío fuera del límite de tres millas y transferirlo a otro barco. Pero tenía que entregar una gran cantidad de dinero y no sabía cómo llevársela. Si salía por la puerta con el dinero en efectivo, los federales me interceptarían y terminarían confiscando las municiones. Bajé al bar y Sinatra se acercó, y estuvimos hablando. No sé qué me pasó, pero le dije lo que estaba haciendo en Estados Unidos y cuál era mi problema. En las primeras horas de la mañana siguiente, salí por la puerta principal del edificio con una cartera, y los federales me siguieron. Por la puerta de atrás iba Frank Sinatra, que llevaba una bolsa de viaje llena de efectivo [estimada en 1 millón de dólares]. Frank bajó al muelle, entregó la bolsa de viaje y observó cómo el barco zarpaba". 
Rodaje de "Tha house I live in"
Sobre el suceso del Copacabana, Sinatra contó a su hija, Nancy: "Era el comienzo de una joven nación y quería ayudar. Tenía miedo de que no lo consiguieran..." Como vemos, antes del viaje de 1962 Sinatra ya era un convencido activista pro-sionista. Lo que hizo en 1962 fue sentar las bases de un compromiso con el pueblo judío que perduraría toda su vida. Dos años después de la gira, en 1964, regresó a Israel para supervisar el buen funcionamiento de los dos centros Sinatra que abrieron sus puertas en 1962. El nombre concreto de los centros era Frank Sinatra Brotherhood and Friendship Center for Arab and Israeli Children. Durante toda su carrera destinó una parte importante de su salario a financiar estos centros. En 1975 regresó para actuar en el Convention Center de Jerusalem y el concierto se publicó en un álbum titulado "The Jerusalem concert" cuyas ventas fueron destinadas al Convention Center.. Sus visitas a Israel fueron constantes a lo largo de los años pues el cantante llegó a decir que era su país favorito. En 1978 financió y fundó el Frank Sinatra International Student Center de la Universidad Hebrea, escuela que, situada en el centro de Nazareth, fue objetivo en el año 2002 de un atentado terrorista perpetrado por el Hamas. Para celebrar su octogésimo aniversario, en 1995, regresó a Israel en su avión privado con amigos cercanos como Walter Matthau o Lee Iacocca, realizando un completo viaje por varias ciudades a modo, quizá, de despedida.

Frank Sinatra International Student Center en la actualidad
Placa conmemorativa en el Frank Sinatra International Student Center
Como he dicho anteriormente, vamos a disfrutar el documental íntegro rodado en Israel durante su visita en 1962. Escuchamos a Frank Sinatra como narrador y lo vemos en su papel de embajador pro-sionista. Un documento muy interesante: 
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